El político Boris Johnson quedó este jueves como incontestable favorito para suceder a Theresa May en las riendas del Partido Conservador británico, el gobierno y la negociación del Brexit en una primera votación que eliminó a tres de los diez pretendientes.

Los 313 diputados de la formación conservadora votaron en la primera ronda de una serie destinada a reducir a dos los numerosos candidatos a esta elección interna.

Dos mujeres y ocho hombres aspiraban a remplazar a May, pero tres de ellos obtuvieron menos de los 17 votos necesarios: la exministra de Relaciones con el Parlamento Andrea Leadsom, la exministra de Trabajo Esther McVey y el exresponsable de disciplina parlamentaria Mark Harper.

Sin embargo, la votación sirvió sobre todo para dejar clara la supremacía de Johnson, que llegó en cabeza con 114 apoyos, muy por delante del segundo y tercer competidores, el canciller Jeremy Hunt con 43 y el ministro de Medio Ambiente Michael Gove con 37.

«Estoy encantado, pero nos queda un largo camino por recorrer», dijo al dar las gracias a sus seguidores Johnson.

Theresa May dimitió el pasado viernes como líder del Partido Conservador británico, admitiendo su incapacidad para cumplir con el Brexit por el rechazo del Parlamento al acuerdo de divorcio que negoció con Bruselas.

Y seguirá como primera ministra solo hasta que su partido designe a un sucesor, un proceso que debe culminar a finales de julio.

De los tres candidatos eliminados, McVey y Leadsom eran las más fervientes defensoras de un Brexit sin acuerdo, una temida posibilidad que los otros aspirantes contemplan en mayor o menor medida.

La votación se repetirá varias veces la semana próxima, aumentando el número de apoyos necesarios, hasta que queden dos nombres, que serán sometidos a votación de los 160.000 miembros del partido.

La UE mantiene su posición 

La Unión Europea (UE) ha dicho en reiteradas ocasiones que no está dispuesta a reabrir el Tratado de Retirada negociado con May y solo aceptaría revisar la declaración política que lo acompaña sentando las grandes líneas de la futura relación entre ambas partes tras el Brexit.

La Comisión Europea advirtió el miércoles que el Reino Unido tendrá que pagar la suma acordada con Bruselas por los compromisos presupuestarios ya adquiridos, de unos 40.000 millones de libras, incluso si no hay acuerdo después de que Johnson amenazase con no hacerlo.

El excanciller y exalcalde de Londres fue una de las principales figuras en la campaña a favor del Brexit en el referéndum de 2016.

El miércoles se mostró públicamente conciliador con los deseos de la patronal británica, muy preocupada por las caóticas consecuencias de un Brexit brutal. Pero, según el diario The Times, habría dicho en privado a los partidarios de un Brexit duro que no descarta la idea de suspender la sesión parlamentaria, si es necesario, para llevar adelante una salida brusca de la UE.

Los diputados británicos se declararon en varias ocasiones contrarios a un Brexit sin acuerdo, pero el miércoles no lograron aprobar una iniciativa de la oposición laborista para tomar el control de los debates con el objetivo de impedirlo.