El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, le otorgó un inesperado poder al partido Demócratas, la fuerza de la derecha clásica que respalda al gobierno de Michel Temer y que es la heredera del grupo político que dio sustento civil a la última dictadura militar (1964-85).

El partido Demócratas adoptó ese nombre en 2010, luego de tres décadas usando la sigla Partido del Frente Liberal (PFL), que abrazó al cambiar el nombre de la Alianza Renovadora Nacional (Arena), que fue el brazo político del régimen militar de facto.

Demócratas controla el Ministerio de Educación durante la gestión de Temer y con Bolsonaro ganó una fuerza inédita pues tendrá tres carteras: la jefatura de gabinete, con Onyx Lorenzoni, y los ministerios de Agricultura, con Tereza Cristina Correa, y de Salud, con el traumatólogo y diputado Luiz Mandetta.

Como PFL, este grupo político cogobernó con Fernando Henrique Cardoso en los años 90; incluso, varios de sus diputados fueron acusados de cobrar sobornos para aprobar la reforma constitucional de 1997 y así aprobar la reelección del entonces gobernante.

Su máximo referente fue el llamado «coronel» de la derecha de respaldo a la dictadura, Antonio Carlos Magalhaes, poderoso político del estado de Bahía que fue clave para el gobierno de Cardoso.

Con la llegada al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), en 2003, el PFL cayó en desgracia. En 2014 tuvo apenas 21 diputados electos; actualmente tiene 42 diputados, y a partir de 2019 tendrá 29.

«El aumento de presencia en el gabinete es casualidad, el presidente Bolsonaro está eligiendo en forma técnica y sin mirada partidaria», dijo Lorenzoni.

El partido Demócratas apoyó al gobierno de Temer surgido de la destitución de Dilma Rousseff y se hizo fuerte en la crisis, con la llegada de Rodrigo Maia, el actual número dos del país, como presidente de la Cámara de Diputados.

También gobierna la capital de Bahia, Salvador, de la mano del presidente del partido, Antonio Carlos Magalhaes Neto, el nieto del viejo «coronel» del nordeste.

Es por eso que incluso el propio Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro reclamó por la falta de espacio en el gabinete, ya que el resto de los ministros designados son considerados por el presidente electo como técnicos, incluidos militares y el ex juez Sérgio Moro en Justicia y Seguridad.

Bolsonaro estudiaba designar como su ministro de Educación al educador Mozart Neves Ramos, ex secretario del área en el estado de Pernambuco y director del Instituto Ayrton Senna, una ONG dirigida por la hermana del fallecido piloto de Fórmula Uno Ayrton Senna.

Esta designación, según la prensa local, causó protestas del PSL y del frente evangelista que buscaba un hombre identificado con la llamada Escuela Sin Partido, que defiende el cese de la educación sexual y milita por la denuncia a los profesores que «inculcan el marxismo».

Entre los 12 confirmados se encuentra el presidente del PSL, Gustavo Bebbiano, que será secretario general de la presidencia, además del canciller, el antimarxista declarado Ernesto Araújo, un diplomático del cuarto escalón del Palacio de Itamaraty identificado con el presidente estadounidense, Donald Trump.

Por otra parte, el futuro ministro de Defensa, el general retirado Fernando Azevedo e Silva, anunció hoy a los nuevos jefes militares en la oficina donde se negocia la transición al gobierno que asumirá el 1 de enero.

Se trata del general Edson Leal Pujol en el Ejército, el almirante Ilques Barbosa en la Marina y el brigadier teniente Antonio Carlos Bermúdez en la Fuerza Aérea, que reemplazarán a los actuales, nombrados en 2015 por la entonces presidenta Rousseff.