El Gobierno de Brasil anunció que revisará el conteo de fallecidos por la pandemia del Covid 19, que ya acumula más de 35 mil en total, al asegurar que ese dato no refleja la realidad del país y dejar entrever, sin pruebas a la vista, que los gobernadores estatales inflan esas cifras con el fin de requerir mayor cantidad de fondos.

Al mismo tiempo, se operaron una serie de cambios que significaron mayor opacidad en la información, lo que provocó críticas internas y externas al gobierno federal brasileño, entre ellas la de la universidad John Hotpkins, de los Estados Unidos, que realiza desde los inicios del brote un conteo de casos y fallecidos que es referencia mundial.

La casa de altos estudios, por algunas horas, excluyó este sábado a Brasil de su conteo como una forma de manifestar las dudas sobre los datos vertidos por el gigante sudamericano.

En el monitoreo de la universidad norteamericana, Brasil aparecía a como el segundo país en contagios del coronavirus, con 645.771, y tercero en cantidad de muertos, con 35.026.

El más serio de los cuestionamientos internos estuvo a cargo del Consejo Nacional de Secretarios de Salud (Connas), que en un comunicado, aseguró que «el gobierno intenta invisibilizar a los muertos».

En el Gobierno, se mantienen firmes en la intención de realizar cambios, los que anuncian para el mes próximo, en el conteo de muertes por la pandemia.

El flamante secretario de Ciencia del Ministerio de Salud, Carlos Wizard, calificó de «fantasiosos o manipulados» los datos vertidos actualmente sobre la incidencia de la enfermedad en Brasil.

«Había mucha gente muriendo por ahí por otras causas y los gestores públicos, puramente por interés de tener un presupuesto mayor en sus municipios, en sus estados, colocaban todo el mundo como Covid-19″, expresó el funcionario en declaraciones a O Globo.

La acusación sorprendió a muchos porque el consenso en la mayoría de los sanitaristas e inclusive en funcionarios del Ministerio de Salud que fueron relevados por el presidente Jair Bolsonaro, es que no se llega a la real cantidad de casos fatales de la enfermedad por falta de información.

Se considera que hay escasez de testeos y que el hecho de que hayan crecido hasta los últimos días de mayo un 20 por ciento las enfermedades por afecciones respiratorias, es un claro indicio de la incidencia del virus.