El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció hoy un cambio radical en la educación universitaria con una propuesta de desinversión en carreras como Filosofía y Sociología en favor de otras que generen «empleo y renta».

Bolsonaro hizo el anuncio por Twitter de lo que fue una de sus promesas de campaña: retirar de las prioridades las carreras humanísticas del nivel terciario.

«La función del gobierno es respetar el dinero del contribuyente, enseñando a los jóvenes la lectura, la escritura y hacer cuentas, y después un oficio que genere renta para la persona y bienestar para la familia, que mejore a la sociedad de su entorno», escribió.

En otro tuit, el presidente de Brasil dijo que el ministro de Educación, Abraham Weintraub, «estudia descentralizar inversiones en las facultades de filosofía y sociología (humanas)».

«Los alumnos que ya se inscribieron no serán afectados. El objetivo es enfocar en áreas que generen retorno inmediato al contribuyente, como veterinaria, ingeniería y medicina», dijo Bolsonaro.

El nuevo ministro de Educación, que proviene de dos décadas en el mercado financiero, es un activista contra la financiación de carreras de corte humanístico en las 60 universidades federales que su cartera administra.

En una reciente entrevista, el ministro -que reemplazó al destituido colombiano Ricardo Vélez Rodríguez, famoso por haber alabado a Pablo Escobar ante el Congreso el mes pasado-, dijo que la prioridad debe ser buscar otro tipo de carreras.

«Necesitamos elegir mejor nuestras prioridades porque nuestros recursos son escasos. Me gusta la filosofía, pero imaginen una familia de agricultores cuyo hijo entró a la facultad y cuatro años después vuelve con un título de antropológo», explicó.

El gobierno se plantea reducir también las becas científicas para las carreras humanísticas.

El anuncio de Bolsonaro sobre las carreras en universidades federales se dio a menos de 12 horas de que ordenara censurar una propaganda del estatal Banco do Brasil destinada al público joven, que mostraba la diversidad de género, raza y clases sociales para atraer clientes a los productos digitales de la entidad, la mayor del país.

La propaganda estuvo al aire algunos días hasta ser suspendida por Bolsonaro, que además pidió al presidente del Banco do Brasil (BB), Rubem Novaes, echar al director de comunicación y marketing de la entidad, Delano Valentim.

«Fue una decisión de consenso», dijo Novaes al diario O Globo.

El Banco do Brasil fue eje de una polémica en enero, cuando contrató por un sueldo cercano a los 9.500 dólares como asesor personal a Antonio Rossell Mourao, uno de los hijos del vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourao.