Graves incidentes se produjeron hoy cuando partidarios y detractores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se enfrentaron en la ciudad de San Pablo.

Los choques ocurrieron en la tradicional Avenida Paulista, donde fueron convocados actos por parte del llamado «bolsonarismo» y también por grupos opositores que se concentraron contra el «autoritarismo». Los primeros expresaban su apoyo al presidente, exigían el cierre del Parlamento y la Corte Suprema, a los que acusan de conspirar contra el Gobierno, mientras que los segundos decidieron salir a la calle en defensa de la democracia.

Este último grupo que portaba pancartas en favor de la democracia contó con el apoyo de algunas hinchadas de clubes de fútbol. El acto «antifascista» fue convocado por las hinchadas de varios clubes paulistas, principalmente del Corinthians pero también de Palmeiras, San Pablo y Santos.

El Corinthians tiene una fuerte identificación con la defensa de los derechos cívicos, a través del movimiento Democracia Corinthiana, liderado por el futbolista Sócrates en los últimos años de la dictadura militar (1964-1985).

Las manifestaciones, realizadas también en otras ciudades, fueron convocadas en momentos en que Brasil, con casi medio millón, es el segundo país con más contagios de Covid-19 en el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, y el cuarto en número de fallecidos, con más de 28 mil, según el último dato oficial.

En la Avenida Paulista, unos choques entre ambos bandos llevaron a la Policía a intervenir con gases lacrimógenos y balas de goma.

En los disturbios resultaron heridas varias personas, entre ellas el fotógrafo Fernando Bizerra, de la agencia EFE, que cubría los sucesos y fue alcanzado con fuerza por un objeto en su pierna izquierda y llevado luego a un hospital para ser atendido.

Por su parte, las autoridades policiales informaron que tres personas fueron detenidas.

Poco antes de que se desate la violencia, en Brasilia, Bolsonaro acudió a un acto organizado por sus partidarios, en el que también se manifestaron contra el Parlamento y la Corte Suprema y demandaron una «intervención militar».