Un mes después de llegar al poder con la decisión de una diplomacia en las antípodas de la que aplicó Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue este viernes la figura central de la primera reunión, por videoconferencia en este caso, con sus aliados del G7, en la que hubo promesas de regresar al multilateralismo, una aspiración que tiene en la pandemia del coronavirus su primera prueba.

«Intentaremos hacer que el 2021 sea un año crucial para el multilateralismo y lograr una recuperación que garantice la salud y la prosperidad para nuestra población y el planeta», señala la declaración final del G7, cuyo encuentro encabezó el primer ministro británico, Boris Johnson, a cargo de la jefatura temporal del grupo.

Para Biden no fue la única actividad internacional, porque después de su exposición ante el G7, se sumó a la conferencia de seguridad de Múnich, la primera vez que un presidente estadounidense asiste a esta cita anual de jefes de Estado, diplomáticos y expertos en seguridad.

«Estoy enviando un mensaje claro al mundo: Estados Unidos está de vuelta, la alianza transatlántica está de vuelta«, dijo entonces Biden, en una ratificación de la línea que exhibe desde antes de asumir.

Pero antes, en la conversación del G7, los dirigentes reconocieron este nuevo estado de situación y llamaron a convertir 2021 en «un punto de inflexión para el multilateralismo», aplicándolo en primer lugar a la pandemia.

«De nuevo, el multilateralismo tendrá más opciones dentro del G7«, sintetizó la canciller alemana Angela Merkel.

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Cerrado el compromiso de las potencias de ayudar a una mejor distribución de las vacunas y hasta de donar porcentajes de las dosis ya compradas, la atención se trasladó a Múnich, donde Biden haría otra presentación en una escenario internacional, al lado de Merkel y el francés Emmanuel Macron.

Fue ahí donde el estadounidense proclamó el “regreso” de EEUU al multilateralismo y pidió a los aliados tradicionales de Washington que recuperen la confianza en su país.

«Estados Unidos está decidido a volver a comprometerse con Europa, a consultar con ustedes, a recuperar nuestra posición de liderazgo confiable«, remarcó Biden, quien evaluó que las “asociaciones” entre su país y Europa “han perdurado y crecido a lo largo de los años porque están arraigadas en la riqueza de los valores democráticos compartidos, y no son transaccionales”.

«En demasiados lugares, incluidos Europa y Estados Unidos, se está atacando el progreso democrático», dijo Biden, según la agencia AFP, y aclaró que no pretendía un regreso a «los bloques rígidos de la Guerra Fría», sino una tarea en común en cuestiones como la pandemia y el cambio climático.

Aún así, reservó duras críticas a Rusia y China por las “amenazas” que plantean, no únicamente a EEUU sino a Europa toda.

«El Kremlin ataca nuestras democracias y usa la corrupción como un arma para intentar socavar nuestro sistema de gobierno. El presidente Vladimir Putin busca debilitar el proyecto europeo y nuestra alianza de la OTAN», advirtió.

Y juzgó que para Moscú «es mucho más fácil intimidar y amenazar a estados individuales que negociar con una comunidad transatlántica fuerte y estrechamente unida».

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Del mismo modo, instó a los aliados europeos a unirse ante los retos políticos y económicos que plantea China, porque es posible «hacer frente a los abusos económicos y la coerción del gobierno chino que socavan los cimientos del sistema económico internacional».

Le tocó a la anfitriona expresar el visto bueno de Europa a esta nueva postura de EEUU: “el multilateralismo se ve impulsado por el cambio en el Gobierno de Estados Unidos; la administración de Biden ya lo ha demostrado con sus primeras decisiones», resaltó Merkel, por el retorno de Washington al Acuerdo de París y a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Rusia, el enemigo definido

Biden, a diferencia de su antecesor, no tiene previsto invitar a Rusia a participar en la cumbre del G7, grupo selecto conformado por los siete principales poderes económicos del mundo, informó esta noche la Casa Blanca.

«No creo que vayamos a hacer nuevas invitaciones a Rusia o que vayamos a reiterar nuevas invitaciones a Rusia«, dijo la portavoz gubernamental, Jen Psaki, a los periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One.

«Obviamente, una invitación así sería formulada en asociación con nuestros socios del G7», agregó la funcionaria, citada por la agencia de noticias AFP.

Rusia fue expulsada del entonces G8 en 2014, tras su anexión de Crimea de la vecina Ucrania, que nunca fue reconocida por la comunidad internacional.

Trump, quien expresó repetidamente su deseo de mejorar las relaciones con Vladimir Putin, se había ofrecido a invitar al mandatario ruso a la próxima cumbre del G7.

El Grupo de los Siete (G7), un club de países ricos que incluye a Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón, realizó hoy una reunión virtual centrada en la respuesta a la pandemia de coronavirus.