Casi 170 migrantes fueron rescatados por un barco de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) de dos naves a la deriva en el mar Mediterráneo que había salido de Libia, donde la ONU ha denunciado torturas y violencia sexual contra migrantes presos.

En un tuit, MSF dijo que su barco Geo Barents rescató a todos los 71 migrantes que iban en un bote de goma al que ya estaba entrando agua cerca de las costas de Malta, una isla europea ubicada frente a Libia.

MSF agradeció a la ONG europeo-africana Alarm Phone, que atiende llamadas de emergencia barcos de migrantes, que horas antes había informado sobre la presencia de esa embarcación a la deriva.

Más temprano, MSF dijo en otro tuit que el Geo Barents había rescatado también hoy a 95 migrantes más hacia el Oeste, también en el Mediterráneo central, de un barco que habías salido de Libia.

«Entre los supervivientes hay muchas mujeres y niños. El equipo de MSF está brindando asistencia médica y apoyo psicológico», escribió la ONG, que precisó que su barco ya acumulaba entonces 296 rescatados en distintos operativos en los últimos días.

Tras el rescate de los otros 71 náufragos, MSF dijo que esperaba autorización para atracar en algún puerto de Malta.

En las últimas semanas, los rescates de migrantes y refugiados que intentan cruzar el Mediterráneo desde África a Europa han aumentado con la cercanía del invierno en el hemisferio norte, que vuelve aún más peligrosa la travesía.

Los migrantes salen en su mayoría de Libia, que se convirtió en el principal punto de cruce hacia Europa en medio la anarquía en la que cayó tras el derribo y asesinato de su líder Muammar Kaddafi por una revuelta islamista apoyada por la OTAN, en 2011.

Una misión de investigación comisionada por el principal organismo de Derechos Humanos de la ONU informó este mes del hallazgo de pruebas de posibles crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2016 contra migrantes detenidos en Libia.

Los investigadores dijeron que la Guardia Costera libia, entrenada y equipada por la Unión Europea (UE), interceptó en el mar a unos 87.000 migrantes desde 2016 y que 7.000 están en centros de detención donde es habitual la violencia sexual y la tortura.

Las ONG que rescatan a los migrantes dicen que la política de la UE de querer cerrar sus fronteras a los migrantes y negar sus puertos al desembarco de náufragos es inhumana y que es cómplice de los abusos que se cometen contra ellos en Libia.

El papa Francisco, en un nuevo tirón de orejas a la UE, instó hoy a poner fin a «la devolución de migrantes a países no seguros» como Libia, donde, dijo, sufren «violencia inhumana».

En la Plaza de San Pedro tras el rezo del Ángelus, reclamó soluciones duraderas que den «prioridad al rescate de vidas humanas en el Mediterráneo, con dispositivos de salvamento y desembarco», así como condiciones de vida «dignas» para estas personas.

Italia y Malta han sido criticadas por defensores de los derechos humanos por dejar a los migrantes a bordo de botes de rescate abarrotados antes de asignarles un puerto seguro.