Tres israelíes retenidos por Hamás murieron a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como consecuencia de disparos erróneos durante combates en el sector de Shejaiya, en la ciudad de Gaza. Según los informes del propio Ejército, las personas portaban una bandera blanca y uno de ellos llegó a pedir ayuda en hebreo.

Según los primeros informes investigativos brindados por las mismas fuerzas, las tres personas fueron identificadas como Yotam Haim (28 años), Alon Shamriz (26) y Samer El Talalqa (25). Sumaron además que los soldados actuaron en contra de los protocolos de combate.

El incidente comenzó cuando un militar israelí identificó a tres «personas sospechosas» que estaban saliendo de un edificio del barrio de Shejaiya, en el norte del enclave gobernado por el movimiento islamista palestino Hamas.

Todos ellos estaban con el torso desnudo y uno de ellos llevaba una bandera blanca improvisada, pero un militar abrió fuego inmediatamente contra el grupo al grito de «¡Terroristas!» para avisar a sus compañeros, al creer que estaban siendo víctimas de una trampa, de acuerdo al análisis preliminar efectuado por el Mando Sur del Ejército israelí.

Dos de los rehenes murieron en el acto y el tercero, herido, regresó al edificio y los militares comenzaron a escuchar gritos de «¡Socorro!» en hebreo.

Cuando el rehén volvió a salir del edificio, fue finalmente abatido por un segundo militar, indicó la investigación, citada también por el medio local Times of Israel.

Sus cuerpos fueron trasladados a Israel, donde su identidad fue confirmada. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó la muerte de los rehenes como una «tragedia insoportable».

Los tres figuraban entre los 240 rehenes, entre ellos una veintena de argentinos, que fueron tomados por milicianos de Hamas en su ataque contra Israel del 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes.

Según el Ministerio de Salud gazatí, más de 18.000 personas murieron en Gaza a causa de los ataques israelíes, siendo la gran mayoría de las víctimas niños y mujeres.