El número de muertos por una explosión en el mercado de pirotecnia más grande de México subió este jueves a 35, mientras familiares de las víctimas, aún desconsolados, realizaban los funerales y el gobierno se comprometía a reabrir el sitio pese a la tragedia.

«Nos llevará días asimilar esta tragedia y años sanar las heridas», dijo en el sermón el sacerdote que ofició la misa fúnebre en Tultepec, un poblado del Estado de México a las afueras de la capital del país donde se ubicaba el mercado pirotécnico, que prácticamente desapareció tras la deflagración.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto se refirió a esta tragedia en un evento público en el que aseguró que el mercado, ya destruido hace una década en dos ocasiones por poderosas explosiones, reabrirá sus puertas.

«Nos comprometimos para apoyar a todos los artesanos o los 300 locatarios de ese mercado para recuperar o apoyarles a que nuevamente puedan reiniciar, el próximo año, sus actividades normales», dijo Peña Nieto.

La tragedia ocurrió la tarde del martes en el mercado conocido como San Pablito en momentos de gran actividad, con gente comprando cohetes para las fiestas de diciembre.

En total, 26 personas murieron en el lugar de los hechos y otras 9 en los hospitales, indica el último reporte del gobierno local.

«Los decesos más recientes son de dos mujeres, una menor de edad», precisó un reporte del gobierno local.

De los casi 60 heridos que dejó la explosión, varias personas permanecen en estado muy grave, dijo Alejandro Gómez, fiscal del Estado de México.

El miércoles, un niño con quemaduras muy graves fue trasladado a un hospital especializado de Galveston, Estados Unidos, y se espera que otros pacientes también sean trasladados este jueves.

Todas las personas que habían sido reportadas como desaparecidas tras la explosión fueron localizadas por sus familiares y las autoridades solo tienen pendiente la identificación de dos cadáveres.

En algunos casos fue necesario hacer análisis genéticos dado el grado de calcinación de los cuerpos.

Último adiós

Con mariachis, pobladores de Tultepec ofrecíeron una misa de cuerpo presente a tres de los muertos -dos mujeres y una niña de 12 años- en una triste ceremonia que contrastaba con la colorida decoración navideña del templo Nuestra Señora de Loreto.

Entre enormes piñatas, serpentinas multicolores y canciones rancheras que hacían alusión a la partida de seres queridos, se escuchaban llantos y gritos de dolor entre los cientos de asistentes.

De los pilares de la iglesia colgaban carteles que ofrecían ayuda psicológica y limpias esotéricas para «curar de espanto».

«Es una tragedia que nos marcará para siempre como pueblo, quién sabe si Dios permita que nos recuperemos algún día», comentó entre llantos Yolanda Ruiz, una enfermera de 48 años que llevaba un globo blanco y flores del mismo color.

«Este es un pueblo pobre que vive de la pirotecnia, ese fue nuestro único pecado: comer de algo peligroso. Es una injusticia», dice Alicia Suárez, una delgada anciana que vestía huaraches (sandalias) y un desgastado sarape negro.

Aunque decenas de peritos fueron desplegados en la zona del desastre, las autoridades no han establecido la causa del siniestro.

«No son peritajes fáciles, no son de un día para otro», dijo el fiscal Gómez, al asegurar que si se concluye que hubo «algún culpable, se le va a castigar».   Este mercado ya ha vivido años atrás este tipo de siniestros.

El 15 de septiembre de 2005, cuando también se comerciaban grandes cantidades de fuegos artificiales por la fiesta de Independencia, un incendio y explosiones consumieron el mercado en su totalidad. Al año siguiente, otra explosión destruyó más de 200 puestos.

Ambos incidentes dejaron decenas de lesionados pero sin víctimas mortales.