El atentado contra un convoy de evacuación, que provocó casi 130 muertos, la mitad de ellos niños, ocurrido el sábado en el noroeste de Siria, fue perpetrado por terroristas vestidos de cooperantes, afirmaron este jueves responsables de la ONU.

«Alguien que decía distribuir ayuda y atrayendo la atención de los niños provocó esta horrible explosión», declaró el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, durante una rueda de prensa en Ginebra.

Por ahora ningún grupo ha reivindicado este mortífero ataque que se produjo durante una operación de evacuación de civiles de Fua y Kafraya, dos localidades leales al régimen de Damasco y asediadas por los rebeldes desde hace dos años.

El gobierno sirio acusó a los rebeldes, que negaron por su parte cualquier responsabilidad y condenaron el atentado.

Jan Egeland, que dirige en la ONU al grupo de trabajo sobre la ayuda humanitaria a Siria, declaró también que el o los terroristas se hicieron pasar por cooperantes.

«No sabemos quiénes eran. Lo que sabemos, es que iban vestidos como trabajadores humanitarios», afirmó ante los periodistas.

Según testigos del atentado, un vehículo que distribuía bolsas de patatas fritas a los niños explotó cerca de los autobuses que transportaban a los evacuados.

En virtud de un acuerdo concluido entre Catar, apoyo de los rebeldes, e Irán, aliado del régimen, la población de Madaya y Zabadani, dos localidades rebeldes asediadas por el ejército sirio, y las de Fua y Kafraya, asediadas por los rebeldes, deben ser evacuadas en varias fases.

«Va a haber muchas evacuaciones, estos son acuerdos complejos a los que no se invitó a la ONU», comentó Egeland. «Se desprenden de una lógica militar y no humanitaria», lamentó.