Al menos cinco personas murieron, entre ellas tres niños, en un atentado con coche bomba reivindicado por la milicia islamista radical Estado Islámico (EI) en un pueblo controlado por las autoridades kurdosirias en el noreste del país, en momentos en el que se teme un rebrote de la organización en la zona.

El coche bomba fue detonado cuando un vehículo militar se acercaba a un auto estacionado cerca del edificio de correos del pueblo de Al Qahtaniya, situado a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Qamishli, en la provincia de Al Hasaka, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El control de la ciudad de Qamishli está repartido entre las autoridades kurdosirias y las fuerzas del Gobierno sirio.

La agencia estatal SANA confirmó que al menos tres niños murieron en el ataque, que provocó además varios heridos, que ni la ONG con sede en Londres, ni la agencia pudieron precisar hasta el momento.

SANA recordó que el pasado 4 de agosto otras cuatro personas, entre ellas un niño, resultaron heridas por dos ataques «terroristas» con dos motocicletas en la ciudad de Al Hasaka, controlada por las fuerzas sirias.

La agencia Amaq, afín a los yihadistas, aseguró a través de un comunicado, cuya autenticidad no pudo ser verificada, que al menos «8 pertenecientes al PKK perecieron y resultaron heridos cuando un vehículo estacionado del EI explotó y alcanzó a dos vehículos 4×4 en el centro de Al Qahtaniya».

La milicia islamista considera en sus comunicados de reivindicación a todos los kurdos en Siria como miembros del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), una guerrilla secesionista kurdoturca y que Ankara considera «terrorista».

Este ataque se produce en un momento en el que el Pentágono advirtió de un posible resurgir del EI en Siria y en el noreste del país, en donde continúan entre 14.000 y 18.000 miembros activos tanto en Siria como en Irak, incluyendo hasta 3.000 extranjeros.

Asimismo, indicó que el EI «está trabajando en campos de desplazados» que se sitúan en la provincia de Al Hasaka para que se enrolen en sus filas.

Uno de los mayores temores se sitúa en el campamento de Al Hol, ubicado en Al Hasaka, donde hay 70.000 personas hacinadas, la mayoría de ellas familiares de yihadistas que se rindieron a las autoridades kurdosirias a principios de año hasta que se declaró el fin territorial del EI en Siria el pasado 23 de marzo.