Tres kamikazes fuertemente armados irrumpieron en la noche del lunes en una academia de cadetes de policía en Quetta, en el sudoeste de Pakistán, sembraron el terror durante varias horas y mataron a 61 personas.

Los tres hombres fueron abatidos, o se hicieron estallar, tras varios horas de enfrentamientos.

Se trata de uno de los ataques más sangrientos este año en Pakistán, tras los de Lahore el 25 de marzo (75 muertos) y Quetta el 8 de agosto (73 muertos).

Este asalto reivindicado por dos organizaciones distintas, los talibanes paquistaníes (TTP) y el grupo Estado Islámico (EI).

EL TTP explicó que el atentado pretende «vengar el asesinato indiscriminado de nuestros muyahidines» por miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia del Punyab, según un comunicado recibido por la AFP.

El EI aseguró por su lado, a través de su agencia de propaganda Amaq, que el ataque fue llevado a cabo por «tres kamikazes del Estado Islámico».

Los hospitales indicaron haber recibido 61 cadáveres. Se ignora si entre ellos figuran los de los asaltantes.

La mayoría de las víctimas son jóvenes cadetes de la academia. Unas 118 personas resultaron además heridas.

Según el ejército, los tres atacantes lograron entrar en la academia policial, donde normalmente residen unos 700 cadetes, hacia las 23H30 locales del lunes (18H30 GMT). Muchos de los cadetes huyeron aterrorizados, durante el ataque.

«Primero atacaron al centinela de la torre de vigilancia y después de un tiroteo lo abatieron y pudieron entrar en el edificio de la academia», informó el ministro provincial de asuntos internos de Baluchistán, Mir Sarfaraz Ahmed Bugti.

Uno de los asaltantes se hizo estallar, según testimonio de un joven herido, Rizwan.