El nuevo gabinete de Austria, integrado por el democristiano Partido Popular (ÖVP) y el ultraderechista FPÖ, asumió hoy el poder en Viena, mientras manifestantes clamaban en las calles «¡Fuera los nazis!»

El nuevo gobierno, conocido como la coalición negro-azul por los colores representativos de cada partido, se formó tras casi dos meses de negociaciones, luego de las elecciones parlamentarias del pasado 15 de octubre.

Frente al jefe de Estado, el ecologista Alexander van der Bellen, prestaron juramento al cargo el democristiano canciller federal Sebastian Kurz, de 31 años, su vice, Heinz-Christian Strache, y los quince ministros y secretarios de Estado del Ejecutivo recién formado.

«Soy consciente de que muchas personas en Austria ven con buenos ojos los planes del nuevo gobierno; otros están a la espera, mientras que muchos son escépticos o los rechazan. Tengo comprensión hacia ello, en una democracia existen diversas opiniones», resaltó Van der Bellen en un breve discurso en la ceremonia.

Van der Bellen aludió a su pasado como líder del partido Los Verdes (ecologista), para resaltar que pese a ello pudo cooperar con los representantes del gobierno entrante en un ambiente «constructivo» durante las negociaciones que culminaron en la constitución de la coalición.

Pero Van der Bellen, en un gesto infrecuente, se negó a leer los títulos de los miembros del gobierno y no se contentó con simplemente tomar juramento a cada ministro y secretario de estado sino que también intercambió algunas palabras personales con cada uno, informaron las agencias de noticias APA, EFE y DPA.

De los 16 miembros del nuevo Ejecutivo, nueve son del ÖVP y siete fueron nombrados por el FPÖ, entre ellos la ministra de Relaciones Exteriores, Karin Kneissl, de 52 años, aunque no milita oficialmente en la formación.

Por primera vez un político del FPO está al frente de Interior, Herbert Kickl, y comanda de este modo a unos 30.000 policías.

El partido ultraderechista ocupa también la cartera de Defensa. El gobierno de conservadores y ultranacionalistas tendrá 113 de los 183 escaños.

Aunque no es la primera vez que el FPO integra un gobierno austríaco, sí es la primera vez que lo hace con tantos cargos ministeriales, y de tanta incidencia.

Además, cuando se formó el último ejecutivo con participación del FPO antes del actual, con Wolfgang Schüssel como canciller, hubo protestas internacionales contra la presencia de la ultraderecha que esta vez no se repitieron.

Mientras asumía el gabinete azul-negro, nueve manifestaciones, que convergieron sobre la Heldenplatz (Plaza de los Héroes), coreaban consignas como «Nazis fuera» y «No queremos cerdos nazis». En pancartas se leía: «¡Muerte al fascismo!».

En previsión de las protestas, la policía había prohibido la circulación en una vasta zona cercana al distrito gubernamental de Viena. La Heldenplatz queda cerca, aunque afuera, del área precintada.

El presidente se declaró confiado en la continuidad de la política exterior y el compromiso de Austria con la Unión Europea (UE), y en que se mantendría vigente «el respeto de los derechos y las libertades … un principio fundamental».

La nueva coalición de gobierno se presentó el viernes pasado, con un programa para los próximos cinco años, con el que pretende endurecer la política migratoria y limitar la injerencia de la Unión Europea (UE).