Turquía se encaminaba este lunes, por primera vez en su historia, hacia una segunda vuelta electoral el 28 de mayo entre el presidente saliente, el conservador Recep Tayyip Erdogan, y su principal rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, tras las reñidas elecciones de este domingo que, de acuerdo con distintos enfoques, resultaron un traspié o una parcial victoria para el actual mandatario.

Con el escrutinio de más del 99 % de los votos, Erdogan cosechaba 49,4 % y su principal oponente 44,95 %, un resultado mejor de lo esperado para el jefe del Estado, a quien los últimos sondeos situaban en desventaja, pero que, por otra parte, envían a Erdogan por primera vez en 20 años a enfrentar un balotaje.

«Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta», sostuvo esta madrugada Kiliçdaroglu, que lidera una amplia coalición de seis partidos opositores, afirmando que «la voluntad de cambio en la sociedad es más grande que el 50 %».

«Creo sinceramente que seguiremos sirviendo a nuestro pueblo en los próximos cinco años», lanzó a su vez ante sus seguidores Erdogan, que lleva desde 2003 en el poder y en las últimas semanas hizo varias promesas destinadas a frenar la fuerte inflación que azota el país, reseñó la agencia de noticias AFP.

Además, su formación, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), parece estar en condiciones de mantener su mayoría en el Parlamento.

El resultado final de la segunda ronda estará en manos del 5 % de ciudadanos que el domingo votaron por el nacionalista Sinan Ogan, quien en principio no llamó a sus simpatizantes a votar por ninguno de los dos candidatos.

En medio de esta incertidumbre, el índice de la Bolsa de Estambul presentaba durante la mañana de este lunes una caída del 4 %.

Los comicios del domingo concitaron el interés de casi 90 % del padrón habilitado para votar, de unos 64 millones de personas.

Hasta bien entrada la noche, ambos bandos libraron una batalla de cifras, instando a sus respectivos observadores a permanecer en los lugares de recuento de votos «hasta el final».

El bando de Kiliçdaroglu no tardó en refutar las primeras cifras, que daban una cómoda ventaja a Erdogan, afirmando que los resultados de los colegios electorales más favorables al candidato de la oposición todavía no habían sido contabilizados por los múltiples recursos presentados, que ralentizaron el escrutinio.