Armenia y Azerbaiyán, que este viernes se comprometieron a «negociar» una solución pacífica para la región de Nagorno Karabaj, se acusaron mutuamente de haber vulnerado la tregua pactada horas antes con la mediación de Rusia para esa región separatista.

Tras once horas de negociaciones, los cancilleres de ambos países acordaron un alto el fuego «con fines humanitarios» que entró en vigor este sábado al mediodía local (las 5 de Argentina).

El cese de hostilidades debía permitir el intercambio de prisioneros de guerra y de los cuerpos de víctimas, según precisó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, mediador en las conversaciones que tuvieron lugar en Moscú.

Sin embargo, minutos después de que la tregua entrara en vigencia, ambos bandos enfrentados se acusaron mutuamente de haberla violado.

«Armenia viola de manera flagrante el alto el fuego, intenta atacar en las direcciones de Fizuli-Jebrail y Agdam-Terter» en Nagorno Karabaj, declaró el Ministerio de Defensa azerbaiyano.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Defensa armenio, Shushan Stepanyan, afirmó las fuerzas azerbaiyanas lanzaron un ataque cinco minutos después de empezar la tregua «a pesar del alto el fuego humanitario».

Poco antes, el mediador Artak Belgarian, había afirmado en Twitter que las fuerzas azeríes «bombardearon de nuevo zonas civiles de Stepanakert», capital autoproclamada de Nagorno Karabaj.

Un periodista de la agencia de noticias AFP en Stepanakert afirmó que había escuchado explosiones en la ciudad antes de que empezara la tregua, pero que después del mediodía la situación se calmó relativamente.

Este alto el fuego suponía la primera esperanza seria de poner fin a los mortíferos enfrentamientos que oponen desde el 27 de septiembre a separatistas armenios de la autoproclamada república de Nargorno Karabaj y las fuerzas azerbaiyanas.

Nagorno Karabaj se proclamó independiente de Azerbaiyán en 1991, lo cual provocó una guerra causó 30.000 muertos y que, desde el alto el fuego de 1994, generó enfrentamientos esporádicos como ocurrió en 2016.´

Ambas partes se culpan mutuamente de la reanudación reciente de las hostilidades, en una de las crisis más graves, si no la más, que hace temer una guerra abierta entre estos dos países de la antigua Unión Soviética.

El balance de muertos por estos enfrentamientos ascendía ayer a más de 400, incluyendo civiles, aunque es una cifra muy parcial ya que Azerbaiyán no anuncia sus pérdidas militares.

La oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo por su parte que al menos 53 civiles murieron desde que comenzaron los combates, aunque no precisó exactamente dónde.

Según las autoridades separatistas, la mitad de los 140.000 habitantes de Nagorno Karabaj tuvieron que dejar sus hogares a causa de los enfrentamientos.