La devastadora guerra en Yemen ha sido particularmente trágica para las personas con discapacidades, que se encuentran completamente excluidas de la sociedad y carentes de asistencia humanitaria esencial, advirtió hoy Amnistía Internacional.

En un informe de 50 páginas difundido en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la organización dijo que en Yemen las personas con discapacidades son la población «más en riesgo y más marginada» en el marco de la mayor catástrofe humanitaria del mundo.

«Por supuesto que entendemos hasta qué punto la respuesta humanitaria en Yemen se ha visto desbordada», dijo Rawya Rageh, asesora de crisis de AI, en el informe, publicado en la página web de la organización con sede en Londres.

«Pero no solo se trata de acceso a fondos. Lo que estamos pidiendo es un cambio de perspectiva, un cambio de enfoque, de que los derechos de las personas con discapacidades sean atendidos desde el comienzo de la crisis», agregó.

Se estima que más de 100.000 personas han muerto en la guerra en Yemen, incluyendo a más de 12.000 civiles.

El número de yemeníes heridos o con heridas incapacitantes de por vida está aumentando rápidamente, desbordando los centros de atención.

Aunque verificar datos estadísticos en Yemen es extremadamente difícil, la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la ONU, estima que al menos 4,5 millones de yemeníes sufren alguna discapacidad, es decir el 15% de la población del país, el más pobre del mundo entre las naciones árabes.

El informe de AI, que cita entrevistas con cientos de personas con discapacidades, funcionarios y trabajadores humanitarios, presenta una amplia variedad de desafíos que obligan a las personas con discapacidad de Yemen a recurrir a medidas desesperadas para sobrevivir.

La investigación se centra en zonas controladas por el gobierno en el sur del país.

Los rebeldes hutíes, que controlan el norte de Yemen desde 2014 y se enfrentan al gobierno y a una coalición regional encabezada por Arabia Saudita, no permitieron el acceso a AI a sus territorios, que son precisamente los más golpeados por el conflicto.

Las personas con discapacidad en Yemen no solo viven en una sociedad que las excluye, sino que además no reciben la adecuada ayuda de las organizaciones humanitarias, sobrecargadas de trabajo, dijo el informe.

En los campamentos de desplazados no han baños accesibles, y menos aún sillas de ruedas, bastones o prótesis, lo que los fuerza a permanecer echados en carpas.

Algunos de ellos han contado que tienen que arrastrarse hasta los baños y hacer viajes casi imposibles hasta los centros de distribución de comida.

La guerra también ha cortado las ayudas estatales a las personas con discapacidad, dijo AI, lo que los deja sin su subvención mensual para gastos médicos y a veces los fuerza a interrumpir su tratamiento, como sucedió con un chico de 14 años con parálisis cerebral.

Esto empeoró la condición del niño, dijo AI.

Además, la violencia ha atrapado a algunas personas con discapacidad y las ha separado de sus familias. Muchas se ven obligadas a huir de sus hogares sin sus sillas de ruedas o muletas, cargados en brazos por familiares.

Los donantes internacionales «deben esforzarse más para garantizar que se eliminen estas barreras que enfrentan las personas con discapacidad», dijo AI.

«Las personas con discapacidad ya no pueden ser dejadas de lado», agregó.