A pesar de la baja participación, una consulta ciudadana no vinculante en Chile reveló que alrededor de 850 mil chilenos están a favor de una nueva constitución para su país. La elección, convocada por la Asociación Chilena de Municipalidades, contaba con un padrón de 13 millones de ciudadanos, de los cuales terminaron asistiendo 1.521.864, pertenecientes a 226 de las 346 comunas.

La convocatoria se dio en el marco del incipiente proceso constituyente que desató las protestas que mantienen en jaque el país desde hace meses, con votación a cargo de los municipios y escrutinio a cargo de la Universidad de Santiago de Chile.

Esta consulta, de la que pudieron participar todos los mayores de 14 años del país, se dividió en tres categorías y seis preguntas: 1. Si desea una nueva Constitución y con qué mecanismo se debería crear una: una convención mixta constitucional formada por ciudadanos y parlamentarios o una convención constitucional, formada solo por ciudadanos; 2. Cuáles son las tres demandas sociales más importantes; 3. Su opinión sobre temas locales de cada comuna (esta cambiará según el distrito).

En cuanto a las preguntas obligatorias de las primeras categorías, sobre la consulta acerca de una nueva constitución, un total de 846.110 votantes se mostraron de acuerdo, mientras que sólo 80.378 estuvieron en contra. Referido la voto obligatorio, 687.681 estuvieron a favor y 106.000 en contra, y sobre si personas con condenas por corrupción no deberían poder optar por cargos públicos, un total de 698.594 personas se mostraron a favor.

Por otro lado, 483.248 chilenos se mostraron a favor de aumentar las atribuciones a las municipalidades; 481.111 a favor de una rebaja del IVA y 345.393 para que la vía para la redacción de una nueva constitución chilena sea la Convención Constitucional con integrantes electos por voto popular. Además, ante la pregunta sobre cuáles son las principales necesidades del país, la primera respuesta fue mejorar las peonsiones y la atención al adulto mayor, seguida del mejoramiento de la salud pública y la educación.

No es la primera vez que esta ola de protestas en Chile -que aún sigue convocando a enormes mareas humanas a las calles de Santiago- genera mecanismos propios para dar respuesta a reclamos de canales de expresión que ni el Estado ni los partidos políticos estaban ofreciendo.

En paralelo, en todo el país se están realizando cabildos y asambleas ciudadanas para discutir el formato y el contenido que debería tener el proceso constituyente, que el gobierno de Sebastián Piñera finalmente aceptó abrir hace un mes.