Una alerta económica recorre el corazón de Europa a partir de las crisis desatadas en los diversos países a partir de la pandemia de coronavirus que en poco tiempo cumplirá un año. En gran Bretaña, los líderes empresariales advierten que, sin ayudas estatales unas 250.000 pequeñas empresas se encuentran al borde del colapso y tendrán que cerrar sus puertas a lo largo del año.

Las alarmantes cifras surgen de una encuesta realizada por la Federación de Pequeñas Empresas del Reino Unido que revela que la cantidad de compañías que se encuentran sobre la cuerda floja es la más alta desde que la Federación de Pequeñas Empresas británicas creó este índice tras la crisis bancaria de 2008.

El informe elaborado por la organización dibuja un panorama desolador: el 80% de los casi seis millones de pequeñas empresas que hay en el país no esperan ninguna mejora en el primer trimestre. Una de cada cuatro (el 23% para ser exactos) despidió personal en el último trimestre de 2020, lo que representa un aumento del diez por ciento con respecto al comienzo del año pasado. Además, una de cada siete lo hará en el actual. Las perspectivas de cierre del negocio antes de que acabe el año afectan al 5% del total o, lo que es lo mismo, una de cada 20.

En el sector trabajan casi 17 millones de personas. A los efectos de la pandemia se suman los del Brexit, que ha tornado aún más difícil el panorama. A la caída de las exportaciones se agregan los retrasos aduaneros, un fantasma que ha citado el 47% de las empresas, por delante incluso, del temor a los confinamientos (46%).

La encuesta también revela que la cantidad de pequeñas empresas que predicen que verán disminuir su rentabilidad durante el próximo trimestre también ha alcanzado un máximo histórico, con un 58 por ciento de temor a que las ganancias disminuyan.

El presidente nacional de la Federación de Pequeñas Empresas, Mike Cherry, manifestó que «el desarrollo de medidas de apoyo empresarial no ha seguido el ritmo de la intensificación de las restricciones». «Como resultado, corremos el riesgo de perder cientos de miles de pequeñas empresas grandes y viables este año, a un costo enorme para las comunidades locales y los medios de vida individuales. Y remarcó: “Hay salvavidas importantes para las empresas minoristas, de ocio y hotelería, que son muy bienvenidas hasta donde llegan, pero este Gobierno debe darse cuenta de que la comunidad de pequeñas empresas es mucho más grande que estos tres sectores ”.