A la crisis política italiana por la renuncia de su primer ministro Matteo Renzi, ahora se sumó otra preocupación mayúscula: las acciones del banco italiano Monte dei Paschi di Siena (MPS), la tercera entidad bancaria del país, fueron suspendidas temporalmente en la Bolsa tras sufrir fuertes pérdidas en el transcurso de la semana. Monte dei Paschi es el banco más antiguo del mundo.

El Banco Central Europeo (BCE) había rechazado el desesperado pedido del banco italiano para tener más tiempo para poder completar un plan de rescate y recaudación de capital por casi 5.000 millones de euros. Monte dei Paschi señaló precisamente a la crisis política desatada con la renuncia del premier Matteo Renzi como la causa para pedir una prórroga al BCE.

El Banco Central Europeo, presidido por el italiano Mario Draghi, no concedió la prórroga. Ahora, el Estado italiano deberá intervenir la antiquísima institución bancaria de Siena. El MPS intentaba completar una recapitalización de 5.000 millones de euros para fines de año, pero su gerencia ha pedido que se prolongue el plazo hasta el 20 de enero, porque la crisis política italiana está ahuyentando a potenciales inversores.

El desplome del MPS tiene un doble efecto sobre la crisis política: en primer lugar se convertiría en la principal urgencia del próximo gobierno que deberá sustituir a Renzi, sobre todo teniendo en cuenta que la administración saliente tenía listo un decreto para el salvataje del banco de Siena. Además, la crisis del MPS podría causar un eventual arrastre del resto del sistema bancario.

Los problemas del MPS no son nuevos: se encuentra en un profundo proceso de reestructuración desde la crisis de 2008. Fue el único banco que quedó por debajo de los valores mínimos exigidos a 51 entidades europeas evaluadas por la Autoridad Bancaria Europea en julio pasado. Fueron las criticadas «pruebas de estrés», que se consideraron demasiado benignas.