El ejército israelí mató a quince palestinos e hirió a centenares este viernes, en uno de los más violentos enfrentamientos de los últimos años que estallaron cuando miles de personas protestaban en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel.

Al terminar el día, las fuerzas israelíes bombardearon con tanques y aviones tres posiciones del movimiento islamista Hamas en Gaza luego de que, según indicaron, combatientes de la milicia de Hamas dispararan contra soldados israelíes desplegados en la frontera.

Según el ministerio de Sanidad palestino, al menos quince palestinos murieron el viernes en la frontera durante enfrentamientos con soldados israelíes. Más de 1.200 resultaron heridos, añadió.

Las fuerzas israelíes indicaron que habían disparado con munición real después de que palestinos justo al otro lado de la frontera lanzaran piedras y bombas incendiarias contra los soldados.

Los palestinos, y también Turquía, acusaron a Israel de «uso desproporcionado» de la fuerza.

Los militares israelíes dijeron que las protestas eran utilizadas como cobertura por militantes para intentar ingresar en Israel o para cometer ataques.

«No es una manifestación pacífica», dijo a periodistas un portavoz militar. Las fuerzas israelíes estimaron en unos 30.000 los manifestantes.

«El ejército impuso una zona militar cerrada alrededor de la franja de Gaza, toda actividad en ese sector necesita autorización», declaró el portavoz.

«Los alborotadores hacen rodar neumáticos en llamas y arrojan bombas incendiarias y piedras a la valla de seguridad y a las tropas (israelíes), que responden con material antidisturbios y disparando contra los principales instigadores», agregó.

Horas antes del comienzo de este movimiento de protesta que se prevé que dure seis semanas, un disparo de artillería israelí había matado a un agricultor palestino en el sur del enclave.

Un portavoz del ejército israelí explicó que dos «sospechosos» se habían acercado a la barrera de seguridad y los carros israelíes dispararon en su dirección.

«Día de la Tierra»

Este movimiento de protesta también reivindica el «derecho al retorno» de los cientos de miles de palestinos que fueron expulsados de sus tierras o huyeron de la guerra que siguió a la creación de Israel en 1948.

Las manifestaciones de este viernes, que dan inicio a esta «marcha del retorno», coinciden con el «Día de la Tierra», homenaje que se rinde anualmente a seis árabes israelíes muertos en 1976 en manifestaciones contra la confiscación de tierras por Israel. También se preveían conmemoraciones en la Cisjordania ocupada y en la comunidad árabe israelí.

Estas seis semanas de protestas fueron oficialmente convocadas por la sociedad civil, pero Hamas, el movimiento islamista que gobierna en Gaza, las respalda y afirmó que se aseguraría de que nadie se acercase peligrosamente a la frontera.

Los dirigentes militares y políticos israelíes advirtieron que el ejército no dudaría en dar a los francotiradores la orden de abrir fuego si los palestinos intentaban entrar en territorio israelí durante las manifestaciones.

Los gazatíes levantaron campamentos con carpas cerca de la valla fronteriza para denunciar el estricto bloqueo impuesto desde hace diez años por el Estado hebreo y el cierre casi permanente del paso hacia Egipto.

Desde 2008, Israel y Hamas se han enfrentado en tres guerras en el enclave palestino y desde 2014 observan un tenso alto el fuego.

«Sigan con sus actividades»

El ejército israelí afirmó haber desplegado importantes refuerzos en la frontera para impedir infiltraciones durante la celebración de Pésaj, la Pascua judía, que se celebra a partir del viernes por la noche.

«La dirección de Hamas juega con sus vidas», escribió en árabe el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, en Twitter dirigiéndose a los gazatíes. «Todo aquel que se acerque a la valla se pondrá en peligro. Les sugiero que sigan con sus actividades diarias y no participen en una provocación», agregó.

El derecho al regreso de los refugiados sigue siendo una reivindicación palestina fundamental y, para los israelíes, un obstáculo mayor a la paz.

El estatus de Jerusalén es también un punto importante de crispación, aún más desde que el presidente estadounidense Donald Trump decidió reconocer la Ciudad Santa como capital de Israel y trasladar allí la embajada de Estados Unidos.

Foto Portada: AFP PHOTO / Jack GUEZ

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