Nicaragua, sacudida por violentos choques en las protestas que ya dejan más de un centenar de muertos, ve alejarse la posibilidad de un diálogo mientras entierra este viernes a los 16 muertos de los últimos dos días.

Córdoba, de 14 años, estudiante de primaria, fue alcanzado por una bala en el sector de la Universidad Centroamericana (UCA) cuando participaba el miércoles en una marcha de solidaridad con la madre de muertos en las protestas antigubernamentales.

El cuerpo del joven abatido fue cubierto por una pañoleta azul y blanca donde se leía: «patria libre» y le fue depositada una playera con la que jugaba al fútbol, firmada por sus compañeros de equipo y de estudio.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó a Nicaragua protección para el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, uno de los más críticos al gobierno y miembro de la comisión de mediación en el diálogo entre el gobierno y la oposición.

«Los derechos a la vida e integridad personal de Silvio José Báez Ortega y sus familiares se encuentran en grave riesgo», indicó la CIDH en un comunicado divulgado en Washington.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que contabilizó 16 muertos el miércoles, señaló que «los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque» que responden al presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

Decenas de miles de nicaragüenses que participaron en la noche del miércoles en marchas en varias ciudades, en apoyo a las madres que han perdido a sus hijos en las protestas, fueron emboscados por francotiradores, mientras hombres armados trataban de disolverlos a balazos en tierra. La matanza motivó una enérgica respuesta internacional.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenó en un video divulgado el jueves «los asesinatos» y llamó al gobierno de Ortega a «detener la violencia de estos factores represivos».

«No existen fuerzas de choque ni grupos paramilitares afines al gobierno, por lo que no podemos aceptar que se nos pretenda acusar de acontecimientos dolorosos y trágicos que no hemos provocado, que jamás provocaremos», señaló en tanto un comunicado del gobierno de Ortega.