El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró este sábado que abstenerse de entrar en la ciudad palestina de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, implicaría «perder la guerra» contra el movimiento islamista palestino Hamas.

«Los que quieren impedir que operemos en Rafah nos están diciendo esencialmente: pierdan la guerra. No dejaré que eso ocurra», prometió.

«No capitularemos ante ninguna presión», subrayó en una conferencia de prensa retransmitida por televisión.

La ofensiva israelí, que inició luego de los ataques de Hamas del 7 de octubre en Israel en los que mataron a 1.200 personas y secuestraron a cerca de 240, entre ellas una veintena de argentinos, está centrada en la etapa actual en el sur del enclave palestino, luego de haber iniciado su operación por el norte del territorio.

Netanyahu se encuentra sometido a presiones internacionales para frenar una ofensiva contra esa ciudad, donde actualmente hay alrededor de 1,3 millones de palestinos, sin saber a dónde ir tras huir previamente de otras áreas del norte del enclave, en el marco de una operación que ya dejó 28.858 muertos en Gaza.

La cifra de población en Rafah corresponde a más de la mitad de la población de Gaza, por lo que se teme que una ofensiva militar provoque enormes bajas de civiles.

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A pesar de que la comunidad internacional ha endurecido el tono contra Israel al advertir de las consecuencias catastróficas que tendría un ataque a gran escala, el Gobierno asegura que en la zona se halla uno de los últimos bastiones de Hamas.

Netanyahu comentó que le dijo al presidente estadounidense, Joe Biden, que Israel luchará hasta la «victoria total, y sí, eso incluye la acción en Rafah».

La operación militar en la ciudad, subrayó, sin embargo, llegará «obviamente» solo después de que los civiles tengan la oportunidad de «evacuar a zonas seguras.»

En tanto, el mandatario israelí también afirmó que el ejército entrará en Rafah aunque se logre un acuerdo con Hamas para liberar a los rehenes capturados el 7 de octubre en Israel.

Netanyahu dijo además que su política es de «fuerte presión militar y duras negociaciones».

«Seguiremos actuando así hasta que liberemos a todos», agregó sobre los rehenes.

Israel y Hamas se encuentran actualmente en un nuevo proceso de diálogos en torno a un posible cese del fuego que permita la liberación de rehenes israelíes por la excarcelación de presos palestinos como la que alcanzaron a fines de noviembre, y que también permitió el ingreso de mayor cantidad de ayuda humanitaria al enclave.

Esta semana, una delegación de Hamas participó en El Cairo de una serie de reuniones para discutir una propuesta de los países mediadores Estados Unidos, Egipto y Qatar de alto el fuego tras cuatro meses de hostilidades en Gaza.

El plan fue abordado también por los jefes de la inteligencia estadounidense e israelí, el premier qatarí y funcionarios egipcios. Sin embargo, este impulso a una nueva tregua por el momento no prosperó.

Qatar señaló también que la firma de un acuerdo de alto al fuego entre las partes «no debe estar condicionado» por un entendimiento sobre la liberación de rehenes.

Respecto a las exigencias de Hamas, Netanyahu afirmó que siguen siendo «delirantes» y que aceptarlas supondría una derrota para Israel.

«Cuando Hamas renuncie a esas exigencias delirantes, podremos avanzar», dijo el mandatario.

El primer ministro anunció la primera semana de febrero que había pedido al Ejército un «plan combinado» para la evacuación de civiles de Rafah y para la destrucción de Hamas en esa ciudad.

Estados Unidos ya advirtió que no apoyará una operación en Rafah a menos que Israel tome medidas para garantizar la seguridad de los civiles que se refugian allí.

Sin embargo, Netanyahu afirmó que Israel tampoco «capitulará ante los dictados internacionales» respecto a un futuro acuerdo con los palestinos.

«Solo se alcanzará un acuerdo en conversaciones directas entre ambas partes, sin condiciones previas», afirmó.