Luego de una semana con temperaturas que superaron los 45 grados de térmica, llegó el fresco a Rosario. El auto de Conclusión partió con lluvia hacia San Nicolás. El GPS advirtió que llegábamos a destino y tocamos el timbre. Germán, en manga corta y ojotas nos abrió la puerta y enseguida apareció Patricia que nos recibió con la misma sonrisa que él. Estaba fresco, lloviznaba, pero decidimos hacer la nota en el patio de la casa de los padres de Patricia, entre el jardín y el galpón de su papá, porque la luz y la temperatura nos parecieron lo más apropiado. Ellos son los «Amunches» (viajeros en lengua Mapuche), una familia que hace 16 años recorren América a bordo de un autobús.

Patricia y Germán llevan 28 años juntos; se conocieron en 1992 y ambos son oriundos de San Nicolás. Él, era empleado bancario y ella maestra. En un momento de su relación, surgió la idea de parar un año para recorrer América y en un principio el objetivo original era encontrar  durante el recorrido, un posible lugar para vivir.

El 10 de marzo de 2003 salieron en busca de cumplir ese sueño que hace 16 años transitan como proyecto familiar y que se convirtió en su estilo de vida.

El viaje lo emprendieron en una pequeña camioneta, sin tantas comodidades y bastante básica. Después de 5 años y medio llegaron a Alaska, pero no era el único motivo de emoción y alegría, sino que pronto, llegaría su hija Inti al mundo para sumarse a la aventura. Cuando nace Inti deciden vender la camioneta y comprar un autobús escolar estilo americano y convertirlo en su casa.

«Cuando nos convertimos en familia no dudamos en continuar con este estilo de vida como familia, porque creemos que todo lo bueno que había sido para nosotros el viaje, lo iba a ser para nuestra hija», cuenta Patricia y agrega: «Seguimos eligiendo esta manera de vivir porque creemos que la vida es un aprendizaje continuo, nosotros disfrutamos mucho de convivir con otras comunidades y fue transformando nuestra forma de ver».

Cuando les preguntamos como definían la constitución del hogar Patricia no dudó en contestar: «Creo que donde estamos juntos». Y Germán agregó luego: «Es un encuentro permanente con gente que se convierten en un motor para seguir. El viaje está perfilado para estar en pueblos pequeños, en comunidades indígenas, pueblos originarios».

La pregunta obligada era sobre la subsistencia económica. Los Amunches, venden su propio libro compuesto por fotografías y pequeños pasajes que amplían el retrato. Además, participan en muestras fotográficas,  galerías y dan conferencias y charlas en escuelas, universidades, empresas que tienen que ver precisamente con experiencias del viaje.

Inti

La pequeña Inti nos recibió con una sonrisa y un saludo dulce apenas llegamos. Se sumó a la nota y participó de la charla hasta que la necesidad de ir a pintar y continuar disfrutando de su abuela pudieron más. Ella hoy tiene diez años, nació en España y a sus siete meses la familia regresó a  Estados Unidos para comprar el autobús. Al año aproximadamente continuaron rodando.

En una sociedad marcada por las estructuras y los «deberes ser» fue imposible no preguntar por la educación de Inti.

«Estamos convencidos que el mejor aprendizaje que pueda tener es el camino, todo lo que pueda conocer, las diferentes culturas, aceptar y conocer la diversidad del otro»

Igualmente la parte formal la cubren con el programa que tiene el Ministerio de Educación de Argentina (SEAD) que es a distancia y consta de una plataforma que posee cuadernillos y libros. Inti va rindiendo lo requerido y superando los llamados encuentros y ya está en 4to grado.

A ella lo que más le gusta del viaje es “conocer nuevos lugares y personas”. «Cuando sea grande quiero ser veterinaria porque me gustan mucho los animales», nos contó Inti y al ratito nomás apareció a mostrarnos lo que había encontrado en el patio; en su mano trajo dos caracoles para que nosotros también disfrutáramos tanto como ella de su presencia.

Lo que deja en el cuerpo el vivir viajando

«Este camino nos dio la posibilidad de ir conociendo y despidiéndote todo el tiempo. El viajar te permite algo nuevo todo el tiempo, conocer y encariñarte con gente pero también despedirte rápido», relata Germán.

Respecto a su visión de la rutina, Germán sostiene que tiene que ver con lo que «uno quiere hacer en la vida».

«Lo importante es entender que muchas veces estamos esperando dar algún paso en la vida pero esperamos que llegue el momento perfecto; ese momento perfecto no va a llegar nunca, sino que depende de nosotros de buscar y atreverse a buscar la felicidad»

«Lo importante es aceptar las culturas como son, no cuestionar cómo deberían ser o qué deberían hacer. No hemos encontrando con la realidad», agrega Patricia.

Si bien me pareció en vano preguntar su lugar favorito- ya que considero que las experiencias de vivir viajando 15 años no pueden reducirse a elegir un lugar determinado- sí me atreví a preguntar sobre alguna experiencia que los haya marcado como familia y en dónde sucedió.

«Ahora estamos en México, que íbamos por seis meses y llevamos dos años recorriendolo», comienza a contar German y continúa:»Y tuvimos la posibilidad de estar en la celebración del Día de los muertos; de vivirlo, vibrarlo, compartir con ellos lo que tiene que ver con esa historia. Eso fue algo mágico y que nos quedará grabado siempre».

La familia, relata el viaje a través de fotografías que saca Patricia. Hace un año una productora española conoció su historia y quiso documentarla. Convivieron con los camarógrafos y productores durante un mes mes, y pronto esperan el resultado final que saldrá a la luz.

Seguir en viaje y la decisión de apagar el motor…

En marzo vuelven a México a retomar el camino con proyectos por cumplir sobre todo en escuelas con los más pequeños. Luego recorrerán nuevamente centro américa. «No planificamos a largo plazo, vamos viendo de a poco», dijo Patricia.

Otra de las preguntas obligadas era acerca del momento o la decisión de parar y establecerse en algún lugar. Ante eso, ellos se miran, ríen y contestan: «Al principio pensábamos cómo iba a ser el primer día de viaje, dónde íbamos a dormir la primer noche, ahora nos preguntamos cómo será cuando paremos»

Lo bueno de todo esto es que es tanta la conexión que tenemos con nuestra casa, el autobús que cuando nosotros paremos, el autobús también parará.

Las distintas realidades del mundo

«Al viajar te das cuenta de las riquezas que tiene cada lugar, y vemos cómo se desaprovechan; ante las situaciones menos favorables, internamente nos gustaría que el mundo sea un poco mas justo para darle más posibilidades a los niños para que tengan un presente mejor», reflexionó Germán.

Saltar el charco hacia otro continente

«Ganas no faltan, estamos viendo esa opción», anticipó Germán y luego detallo los pormenores de esta decisión.

A continuación, quisimos saber si luego de todo el recorrido vivido les quedaban sueños por cumplir, y Patricia tomó la palabra y dijo: «Si no estaría viajando creo que estaría haciendo lo que hacía antes que es ser maestra. Mi sueño es ser maestra en una escuelita rural o en la montaña».

La convivencia dentro del autobús

«No es fácil, de hecho, es una de las partes más difíciles. Las decisiones hay que tomarlas en conjunto. La clave está en tirar para el mismo lado y mantenernos como familia con un objetivo en común», coincidieron.

La charla continúo. La piel de gallina nos avisaba que la temperatura seguía bajando pero el relato podía más que el clima y no queríamos cortar. Luego hablamos de la familia biológica, los desarraigos, la distancia y qué significa estar nuevamente aquí en Argentina.

Pero, a pesar que abajo de lo escrito aquí esta la nota completa, hay dos frases de los Amunches que sirven para finalizar este relato teniendo en cuenta que al ser consultados sobre su lugar en el mundo, respondieron…»Es donde estemos juntos».

Patricia: Hay que animarse, atreverse a vivir, mirar las cosas a futuro como ganancias. Cuando salimos de viaje no pensamos en lo que dejábamos sino en lo que íbamos a conocer.

Germán: Hay que gastar las energías en los proyectos personales de uno, focalizarse en eso y entender que las cosas van a llegar, sacarnos los miedos y seguir lo que dice el corazón y la razón.