El papa Francisco aprobó la canonización de la beata Nazaria Ignacia March Mesa, fallecida en la Argentina en 1943, quien fundó la Misioneras Cruzadas de la Iglesia, de las cuales hay cinco casas en el país.

La sede provincial está en la ciudad de Buenos Aires y tiene casas en las ciudades de Córdoba, Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Formosa y Puerto Iguazú, provincia de Misiones.

En tanto, la futura santa había sido beatificada el 27 de septiembre de 1992 por San Juan Pablo II en Roma. El cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos recibió del Santo Padre en una audiencia la promulgación de ocho decretos, entre los que se encuentra la aprobación del milagro atribuido a la beata madre Nazaria Ignacia, resaltó la agencia Aica.

Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889, en Madrid-España; por motivos económicos, su familia se trasladó a México y allí ingresó en la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908.

Después de unos años fue destinada a Oruro-Bolivia y, durante más de 12 años, se dedicó con todo fervor al cuidado de los ancianos, viendo en ellos los miembros doloridos del Cuerpo de Cristo.

El 16 de junio de 1925, Nazaria salió de las Hermanitas, para iniciar la fundación de una nueva congregación y el 12 de febrero de 1927 se declaró erigida canónicamente la congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia.

Mientras que el 9 de junio de 1947, ya muerta Nazaria Ignacia, el Instituto recibió la aprobación definitiva de las Constituciones y el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia. Nazaria Ignacia murió en Buenos Aires el 6 de julio de 1943, con fama de santidad, su fiesta se celebra el 6 de julio de cada año.

Entre los otros decretos aprobados por Francisco para su promulgación se reconocieron también otros tres milagros: el atribuido a la intercesión de la Sierva de Dios Alfonsa María Eppinger, fundadora de la Congregación de las Hermanas del Santísimo Salvador; nacida el 9 de septiembre de 1814, en Niederbronn, Francia, donde murió 31 de julio de 1867.

El de la Sierva de Dios Clelia Merloni, fundadora del Instituto de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, que nació el 10 de marzo de 1861, en Forlí, Italia, y que murió el 21 de noviembre de 1930, en Roma y de la Sierva de Dios María Crucificada del Amor Divino, fundadora de las Apóstoles del Sagrado Corazón, nacida el 23 de diciembre de 1892 en Morra Irpino Italia, y murió en Nápoles el 23 de mayo de 1973.

Otros dos decretos aprobados por el Papa se refieren al martirio de los Siervos de Dios Pedro Claverie, de la Orden de los Frailes Predicadores, obispo de Orán y 18 compañeros religiosos y religiosas asesinados en odio a la fe, en Argelia, desde 1994 a 1996, entre quienes se encuentran los siete monjes trapenses franceses que inspiraron la película «De dioses y hombres».

También está el decreto de la Sierva de Dios Verónica Antal, laica, de la Orden Franciscana Secular, nacida el 7 de diciembre de 1935 en Nisiporesti, Rumania y asesinada en odio a la fe el 24 de agosto de 1958, en ese país que estaba bajo la órbita comunista.