Osvaldo Goncalvez Pereira, un testigo de la causa por la muerte de Alberto Nisman había declarado ante la Justicia que un teléfono activado el día de la aparición sin vida del fiscal está vinculado a un custodio que éste tenía asignado.

Goncalves Pereira, un ex sargento de la Policía Federal, fue asesinado el pasado 8 de septiembre cuando prestaba servicios de seguridad de un camión que trasladaba ropa de marca Lacoste.

La investigación apunta a detectar una banda de piratas del asfalto aunque el crimen generó suspicacias, al tratarse Goncalves Pereira un testigo que declaró en la causa por la muerte del fiscal Nisman.

En las últimas horas, el abogado de Goncalves Pereira, Alfredo Oliván, dijo que su cliente lo visitó con cierto temor y con la intención de aclarar el por qué un teléfono a su nombre aparece en un entrecruzamiento telefónico que demostró que el 18 de enero por la mañana, horas antes del hallazgo sin vida de Nisman, hubo comunicaciones entre los espías Antonio Horacio Stiuso y Alberto Mazzino, entre otras personas.

Goncalves Pereira declaró por escrito en dos oportunidades ante la Justicia y dijo que el teléfono era de una flota a su nombre que tenía la empresa Exxel Group y que el equipo que apareció en ese entrecruzamiento del 18 de enero de 2015 al mediodía era de Carlos Miño, heramno de uno de los custodios de Nisman.

Luis Miño, integrante de la Policía Federal, era uno de los custodios que Nisman tenía asignado ese 18 de enero en Le Parc y se lo acusa por incumplimiento de sus deberes de funcionario público pues demoró varias horas en ingresar al departamento del fiscal luego de insistentes llamados que no contestó.

Goncalves Pereira explicó que trabajaba para la empresa «The  Exxel Group», y para las firmas Vesuvio S.A. y PCDA S.A, estas dos últimas controladas por la primera, en el área de seguridad.

Entre junio y julio de 2014 Goncalves Pereira dijo que recibió un pedido de Cristian Assan, entonces directivo del Exxel Group, para que se hiciera cargo de la titularidad de los equipos de comunicaciones que hasta esa ocasión eran facturados a Bormu Seguridad S.R.L, que era proveedora del conglomerado.

En ese sentido, explicó que una de las flotas era del grupo Exxel, otra a un grupo de personas asignadas por Eugenio Ecke, quien cumple funciones como director de seguridad de la compañía; y un tercero con cuentas de usuarios individuales, también del área de seguridad.

Asimismo, Goncalves Pereira dijo que el teléfono que se activó y cuyo titular era él, es de la flota que asignaba Eugenio Ecke a una persona llamada Carlos Miño, quien «cumplió funciones de seguridad aproximadamente hasta enero de 2013».

«Si hubo comunicaciones entre teléfonos cuya titularidad figure a mi nombre, en la fecha en que se produjo el deceso de Alberto Nisman (días antes y/o días después), no participé yo en esas conversaciones», aseguró al declarar ante la Justicia Goncalves Pereira.

Por último, el testigo, ahora fallecido, aseguró que entre los meses de febrero y marzo de 2015, esto es tras la muerte de Nisman, «hubo cambios en la asignación y distribución de los usuarios».