Un total de 5.328 hechos de tortura y maltratos se registraron en las cárceles argentinas durante 2017, lo que perjudicó a 1.408 víctimas de todo el país, según un informe publicado por la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN).

La coordinadora del organismo en cuestión, Alcira Daroqui, deslizó que los casos podrían ser muchos más de los registrados: «Nosotros relevamos estos casos, pero no es la cantidad real ya que son muchos más».

Vale destacar que la PPN distingue once tipos de tortura distintas: agresiones físicas, deficiente asistencia de la salud, aislamiento, malas condiciones de detención, falta de alimentación, amenazas, impedimentos de vinculación familiar, requisa persona vejatoria, robo o daño de pertenencias y traslados gravosos.

Por otro lado, Daroqui explicó que la población carcelaria en Argentina aumenta sin parar desde hace cinco años: «En 2017 y 2018 creció exponencialmente, fruto de una política del Estado que decide retener gente en la cárcel».

Por último, la especialista sostuvo que «el Comité de la ONU contra la Tortura observó el año pasado que la misma era una práctica recurrente en nuestro país, pero eso no ha impactado en políticas distintas de materia penitenciaria».