Por Alejandro Maidana

El impacto a la salud que genera la agricultura industrial extractivista es insoslayable. Lo que se barre bajo la alfombra a lo largo de su avasallante recorrido, ha quedado expuesto de sobremanera en cada informe científico, que busca seguir aportando claridad a un debate que debería estar perimido.

La frontera agrícola no ha detenido su arrasador avance desde que la imposición del paquete tecnológico, hiciera carne allá por 1996. Migraciones internas, concentración exponencial de tierras y por ende de privilegios, empujaron a un amasijo de derechos que hasta al día de hoy siguen gritando su indefensión.

Tandil es una ciudad que al igual que muchas otras, los impactos profundos de la agricultura intensiva dejan su huella de manera tangible e inescrupulosa. Allí la resistencia de quienes habitan el lugar y no están dispuestos a hipotecar la salud y el futuro, se endurece al ritmo de los coletazos que se desprenden de los venenos que utilizan quienes solo se aferran al rinde por encima de la vida.

La disputa por qué tipo de agricultura se necesita para poder escaparle a un presente desolador, se sigue manifestando en cada investigación de la ciencia digna por sobre la mercenaria, en cada asamblea vecinal y en cada uno de los productores que eligieron la agroecología como vía de trascendencia por sobre un paquete tecnológico voraz y deshumanizado en cada eslabón.

Las escuelas rurales tandilenses acorraladas por los venenos del agro

Tandil es una de las ciudades más fumigadas del país, su medula agrícola empuja a una dependencia imposible de evitar. En ese marco, y por las sostenidas denuncias sobre fumigaciones realizadas por un grupo de vecinos organizados, se llevó a cabo un estudio concretado por un grupo de investigación de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN).

El mismo arrojó la existencia de 16 tipos de sustancias peligrosas para la salud humana en 15 escuelas rurales del partido de Tandil. Algo que encendería aún más la alerta, y empujaría a solicitar respuestas inmediatas tanto del Estado, como de la propia justicia que lamentablemente, nunca llegaron. Cabe destacar que donde manda capitán, no manda marinero.

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El trabajo fue realizado durante los años 2017 y 2018 en 15 establecimientos primarios y secundarios a través del proyecto EcoAgricultura. El mismo arrojó que los chicos que estudian en las escuelas rurales de Tandil, se ven obligados a consumir agua y jugar con tierra contaminadas con 2,4-D, clorpirifós, atrazina y glifosato, químicos que en muchos de los casos se encuentran prohibidos en gran parte del mundo.

Presencia de agroquímicos en el agua de red del partido de Tandil

Las sospechas se transformaron en certezas, ya que desde el primer momento que comenzamos a militar por esta causa, el tema del agua corriente fue siempre la mosca detrás de la oreja. Esto encuentra fundamento cuando comenzamos a adentrarnos en la información en torno al comportamiento de las derivas, tomas conciencia que en todo momento el agrotóxico está contaminando el ambiente, sostuvo Pablo Orcajo, quién integra la Junta Vecinal por un Ambiente Saludable en dialogo con Conclusión.

Claramente a lo que refiere el vecino responde a una lógica que no amerita una profunda reflexión, ya que las derivas que se desprenden de las aplicaciones son incontrolables. “Estas llegan a todo lecho de agua, incluso en su evaporación el agroquímico regresa en forma de una lluvia nada amigable, por ello resulta imposible que las napas profundas de agua permanezcan impolutas. Esta información que llegó después de los análisis, es tan fuerte como paralizante, ya que dejar de consumir este vital elemento es imposible. Nos duele e incómoda mucho ya que esto se lo veníamos advirtiendo hace tiempo al municipio, pero claro, es el mismo municipio que boicoteó la cautelar que protegía y cobijaba al menos un poquito más a la población y a los cursos de agua”.

Cabe destacar que en la repudiable tarea de minimizar los impactos y denostar la resistencia digan de los vecinos, los concejales llegaron a tratar de fundamentalistas a quienes denunciaban estas prácticas. “No solo eso, también debemos decir que aprobaron una ordenanza que solo aleja a 60 metros las fumigaciones, permitiendo incluso que se utilice glifosato en las escuelas, veredas, plazas e incluso en el césped que rodea los natatorios. Sufrimos una gran consternación, si bien nosotros al venir desde hace tiempo trabajando en la problemática no nos sorprendió como si sucedió con muchos otros, no deja de ser impactante. La verdad ha salido a la luz, por ello agradecemos el notable trabajo del doctor Damián Marino y a la comunidad de Tandil que siempre nos ha acompañado”.

Desde la Junta Vecinal por un Ambiente Saludable, con el acompañamiento de una reconocida referenta de la comunidad, llevaron adelante un análisis que responde a una demanda colectiva: ¿Qué agua tomamos en Tandil? Frente a la ausencia de estudios oficiales y, considerando la abundante información científica que demuestra el efecto nocivo de los agroquímicos en la salud de niños, niñas y adolescentes, y de las poblaciones y el ambiente en general, quienes integran la Junta consideraron urgente la necesidad de realizar de manera autogestiva, los análisis de la calidad de agua de red en diferentes zonas del Partido.

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Los datos fueron analizados gracias al apoyo y la colaboración de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET, en especial del Dr. Damián Marino, investigador del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM), UNLP-CONICET. En primera instancia, se buscó proveer de información fehaciente a todos los niveles del Estado, a la Justicia y especialmente a la sociedad, al tiempo que reafirmamos que la presencia de agroquímicos en el agua es una cuestión de salud pública que requiere especial atención en el contexto de los desafíos que se asiste como comunidad.

Recolección de muestras

El proceso de recolección de las muestras se realizó el día 12 de junio de 2022, utilizando el protocolo provisto por la UNLP para detección de agroquímicos en agua de red. Se utilizaron los envases correspondientes, adquiridos para tal fin y abiertos al momento de la recolección de la muestra. A su vez, en paralelo, se desarrollaron las actividades de etiquetado e identificación correspondientes.

Resulta fundamental recalcar que el muestreo se realizó en época de sequía y con muy bajo porcentaje de aplicación de agroquímicos de acuerdo al calendario de producción agrícola. Participó como testigo una reconocida referenta de la comunidad tandilense distinguida por su contribución a los derechos humanos. A su vez, el proceso fue registrado por personal técnico capacitado. El criterio empleado para la elección de los lugares analizados fue determinado por 4 factores principales:

  1. Poseer agua de red (agua de consumo extraída por una o más bombas, almacenada en cisternas o tanques y distribuida por cañerías mediante una red de distribución).
  2. Disponer de acceso público o autorización para la extracción.
  3. Que sea una canilla abastecida por algún ramal principal, sin haber pasado por el tanque de almacenamiento residencial.
  4. Diversidad geográfica URBANA / RURAL.

Sitios elegidos para los análisis:

  1. De la Canal (canilla exterior de uso común jardín / escuela).
  2. Tandil, centro (canilla exterior de la Municipalidad).
  3. Tandil, barrio La Rural (vivero agroecológico, canilla exterior)
  4. María Ignacia, Vela (canilla exterior de vivienda particular).
  5. Gardey (canilla exterior del centro cultural La Vieja Escuela, frente a la plaza principal).

Etapa de procesamiento de datos:

Las 5 muestras de agua para consumo humano se analizaron en el Laboratorio del Centro de Investigaciones del Medioambiente de la Universidad Nacional de La Plata – CONICET, a cargo del Doctor Damián Marino. Se reciben en el CIM el día 13 de junio, con la adecuada cadena de frío y dentro de las 24 horas de su obtención. Las mismas contaban con cadena de custodia y registro de la identidad de cada una, siguiendo el protocolo establecido por la citada institución.

Resultados:

En palabras del Dr. Damián Marino: “Hay una muestra que tiene problemas por la concentración de cipermetrina y hay en toda detección de alguno, por debajo de límites permitidos, pero detecciones al fin”. Las muestras analizadas confirmaron la presencia de al menos ocho agrotóxicos en el agua de red del Partido de Tandil, tanto herbicidas, como insecticidas y fungicidas, llegando en algunos casos como el De la Canal, a contener hasta 4 formulados activos, y en otros, como en Vela, el nivel de Cipermetrina superó la concentración máxima establecida en la reglamentación de la Unión Europea, hecho por el que allí sería considerada no apta para consumo, con el fin de proteger la salud.

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Se confirmó presencia de:

  1. Acetocloro (0.015 microgramos/lt. Gardey).
  2. Atrazina (Atz) (0.012 Gardey, d.n.c. Tandil centro, d.n.c. Vela). 2.1. Atz-OH. (d.n.c. Tandil La Rural).
  3. Azoxistrobina (d.n.c. De la Canal).
  4. Cipermetrina. (0.125 Vela) supera límite establecido en Unión Europea.
  5. Imidacloprid (d.n.c. De la Canal).
  6. Metolacloro (0.014 Gardey, d.n.c. De la Canal).
  7. Piperonil butóxido (d.n.c. De la canal).
  8. Tebuconazol (d.n.c. Vela). d.n.c: entre 0.003 y 0.01. Todos los valores son expresados en microgramos/lt. 

Está comprobado que los agrotóxicos tienen efectos nocivos en la salud humana. Especialmente ponemos foco en sus efectos en la etapa prenatal, el incremento de los abortos espontáneos, las malformaciones congénitas, el linfoma no-Hodgkin, el cáncer infantil, incluyendo daño genético y alteraciones en el neurodesarrollo. Ha surgido preocupación también con respecto a las alteraciones inmunológicas o en la función endocrina, como consecuencia de la exposición a agroquímicos.

Desde la Junta Vecinal resaltaron y le comunicaron a la comunidad de Tandil que:

Todas las muestras de agua de red analizadas evidencian estar contaminadas y dan cuenta de la presencia de agrotóxicos.

 – Indican contaminación de pozos profundos de suministro del agua del partido de Tandil, con consecuencias para toda la población urbana y rural.

– Se trata del agua que bebemos, con la que cocinamos, regamos, con la que juegan, se asean y se alimentan nuestros hijos e hijas, el agua que se utiliza para consumo en los hospitales, escuelas y comedores.

– Estos resultados se suman a los 16 agrotóxicos detectados en el estudio realizado por la UNICEN en el agua y el suelo de 15 escuelas de Tandil.

Hasta diciembre del año 2021, la medida cautelar fijada por orden del Juez Blanc establecía los límites para las fumigaciones en 500 mts para aplicaciones terrestres y 2000 para aéreas. Sin embargo, el concejo deliberante de Tandil aprobó en 2021 a puertas cerradas y con custodia policial una ordenanza que redujo estos límites a 60 mts de viviendas, 150 mts metros de escuelas y libre aplicación en jardines, plazas y parques de formulados con principios activos como el Glifosato (probable cancerígeno según OMS) y la Cipermetrina (disruptora hormonal muy tóxica para humanos, posible carcinógeno).

La cipermetrina es uno de los activos encontrados en nuestra agua corriente y el que mayor concentración tuvo en una de las muestras analizadas. Desde la Junta Vecinal recuerdan que la discusión sobre el marco normativo se encuentra abierta, exigiendo que se instrumenten las medidas para el inmediato resguardo de los derechos de las infancias, así como de las generaciones presentes y futuras a gozar de un ambiente sano.