Tucumán: implantaron una tráquea hecha con impresora 3D en una operación inédita en el país
El procedimiento, según contó el médico al sitio web del Ministerio, consistió en la reconstrucción de la vía aérea dejándola estable, lo que posibilitó que la mujer recuperara funciones que antes de la operación no podía realizar como hablar, comer e incluso respirar con normalidad.
- Info general
- Jul 23, 2017
Una mujer que sufrió la destrucción total de la tráquea cervical fue sometida a una inédita intervención quirúrgica realizada por médicos del hospital Centro de Salud, en la capital tucumana, quienes se la reconstruyeron con una impresora 3D, lo que le permitió volver a tener «una vida normal», destacó el Ministerio de Salud de la provincia.
«Lo que hicimos fue crear una tráquea con una impresora 3D con un material biodegradable y la implantamos a nivel del cuello», explicó el jefe del Servicio de Cirugía del hospital, Guillermo Stock, sobre esta cirugía, única en el país.
El procedimiento, según contó el médico al sitio web del Ministerio, consistió en la reconstrucción de la vía aérea dejándola estable, lo que posibilitó que la mujer recuperara funciones que antes de la operación no podía realizar como hablar, comer e incluso respirar con normalidad.
«Después de la implantación de la tráquea se la limpió en forma periódica porque adentro quedó piel para revestir la prótesis y ahora ella está estable», agregó Stock.
Con respecto al proceso quirúrgico, el traumatólogo José Urpi indicó que «se colocó parte de una imagen virtual del órgano a reemplazar», y que para eso «se trabaja con un software especial para hacer el diseño y darle forma con una impresora tridimensional».
«Este es el primer caso y es una solución para la gente porque abre un nuevo camino para este tipo de patologías», explicó el médico tucumano.
La paciente, Antonia Albarracín, oriunda de Río Chico -localidad del sur de la provincia ubicada a unos 60 kilómetros de la capital tucumana- destacó el trabajo de los médicos y aseguró que la operación significó un cambio trascendental en su vida.
Ella tiene tres hijos varones de 25, 23 y 21 años y antes de la cirugía estaba imposibilitada de llevar una vida normal con ellos, pero ahora «estoy mejor y me gusta ir a ayudar en la cocina y la limpieza de la escuela de la zona».
«También voy a gimnasia, me gusta la aeróbica y me pone feliz poder hacerla como antes de enfermarme», explicó la paciente, quien indicó que «también puedo prepararle la comida para mis hijos».
La mujer agradeció al equipo médico encabezado por Stock ya que «llegué sin poder hablar, sin poder comer y en este momento hago actividades normales», y aseguró que «esta operación me cambió la vida y siento una gran felicidad».
El calvario de Antonia, según contó su madre, Norma Albarracín, comenzó con una peritonitis y cuando los médicos la operaron descubrieron que tenía gangrena intestinal y septicemia, y había tenido un paro respiratorio de diez minutos, aunque lograron salvarla.
«Los médicos decían que quedaría con problemas neurológicos por el tiempo que pasó sin oxígeno el cerebro, pero gracias a Dios se recuperó y nada de lo que pronosticaron sucedió», indicó la madre.
Sin embargo, como la mujer estuvo dos meses en terapia con respirador artificial «sufrió un problema de tráquea y como no podían cerrar la fístula traqueal que tenía la derivaron al Hospital Centro de Salud», indicó su madre.
«Gracias a los médicos ella salió adelante, pudo ser operada y ahora come, habla bien, camina y puede atender a sus hijos», explicó Norma.