El 11 de noviembre de 1951 tuvieron lugar unas elecciones fundamentales. Más de 3 millones de mujeres argentinas pudieron ejercer por primera vez el derecho al voto y, en esas elecciones, Juan Domingo Perón fue reelecto con más del 63% de los  sufragios. Fue uno de los porcentajes más altos de la historia argentina obtenido por un presidente y el resultado de un proceso de ampliación de la ciudadanía y de los derechos que tuvo como eje la incorporación de las mujeres a la vida política.

El 9 de septiembre de 1947  se sancionó la Ley Nº 13.010, de sufragio femenino, que estableció el derecho de las mujeres a elegir y ser elegidas para todos los cargos políticos nacionales. La sanción de la misma fue fruto de una meta política inamovible de Eva Perón y el apoyo que Juan Domingo Perón proporcionó para que la norma finalmente fuera una realidad.

La creación del Partido Peronista Femenino, en julio de 1949, que desembocó luego en la masiva participación de las mujeres en la elección presidencial, fue una acción absolutamente disruptiva y anacrónica, sobre todo, si se llega a comprender la estructura monumental que adquirió y lo que significó para la vida política de la Argentina.

Para entender las dimensiones del PPF, vale decir que, en noviembre de 1951, tan sólo dos años después de su creación, 133 legisladoras fueron elegidas para formar parte del Congreso Nacional.

Es decir, en un plazo muy corto se desarrolló una estructura nacional y territorial con las 24 delegadas, una por provincia, pero que a su vez tenía a más de 3.000 subdelegadas, porque la idea del Partido Peronista Femenino es que no quede mujer sin convocar, pasar un rastrillo por el mapa y que en cada pueblo, en cada casa, en cada lugar donde haya una mujer pueda ser convocada a participar de la política.

«Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos» indica el escrito en su primer párrafo.

Bajo el lema «la mujer puede y debe votar», la participación de las mujeres llegó al 90%, y fue superior a la de los varones. Votaron alrededor de 3.500.000, entre ellas Evita. Fue en esa ocasión que el Partido Justicialista puso en sus listas a 23 mujeres que finalmente fueron elegidas para ocupar bancas en la Cámara de Diputados y Senadores.