Una variedad de soja no transgénica, de alto valor nutricional, fácil absorción y buen sabor fue diseñada en San Luis, en un proyecto de investigación entre la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (Fica) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Marcos Juárez.

En diálogo con Télam, una de sus creadoras, la ingeniera agrónoma Susana Bologna, afirmó que el valor del desarrollo científico incorpora características biológicas “especiales que constituye un aporte a la producción de granos con valor agregado, y responde a las demandas específicas de la agroindustria nacional y de los mercados internacionales”.

La investigadora explicó que la variedad obtenida salda tres aspectos de este commodity que “se encontraban en caída en nuestro país” y que esta variedad ha logrado recuperar ya que “posee un valor proteico de 41,5 por ciento frente al menos del 36 por ciento, que se detectaba en la soja Argentina”.

“No necesita tratamiento térmico para inhibir los factores antinutricionales que permiten su digestión, en seres monogástricos como los humanos, los cerdos y los pollos y además, posee los genes recesivos que impactan en su sabor disminuyendo la sensación amarga y astringente del grano”, detalló.

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Además, se trata de un producto “no transgénico”, ya que su mejoramiento genético se logró con el entrecruzamiento manual de la misma especie como por ejemplo “extrayendo el polen de una planta y poniéndolo en otra” lo que no incluye procesos de “transgénesis”.

La variedad, que cuenta con nombre comercial, tramitado y obtenido en el Registro Nacional de la Propiedad de los Cultivares en el Instituto Nacional de Semillas de nuestro país: “INTA-FICA 5C k/lx”, está destinada la producción de harinas especiales y la alimentación de cerdos, una de las dos aplicaciones que se le da en el mercado.

La otra, “es la producción de aceites en la que Argentina se ha destacado como exportador mundial”, aclaró la científica.

El proceso de investigación, se inició con los cruzamientos genéticos en la EEA-INTA de Marcos Juárez en el año 2007 y al año siguiente se sembraron las poblaciones derivadas en el campo experimental del Departamento de Ciencias Agropecuarias de la FICA San Luis.

“Las poblaciones, se condujeron por métodos de selección convencional hasta el año 2010 y a partir de allí, se realizó en el Laboratorio de Biotecnología del INTA el análisis genético de las características diferenciales, lo que permitió realizar la selección asistida por marcadores moleculares, e identificar en el año 2018 el genotipo buscado para ser multiplicado e inscripto como una nueva variedad”, recordó Bologna sobre el proceso.

Finalmente la ingeniera agradeció al equipo que la acompaña en la investigación: la Ingeniera Agrónoma Elizabeth Rojas junto a los profesionales del INTA, los Licenciado Diego O. Soldini y Javier Gilli; los ingenieros Ignacio Vicentin y Alejandro Carrió; el personal docente de la facultad, los no docentes y alumnos que recorrieron el proceso para llegar a un producto que aseguran “esta a la altura de la demanda de los estándares internacionales”.