La agrupación H.I.J.O.S. Mar del Plata, agrupaciones de izquierda y de Derechos Humanos realizaron hoy una movilización con un «siluetazo» para demarcar simbólicamente el acceso a la casa donde reside el represor Miguel Etchecolatz, quien fue beneficiado recientemente con prisión domiciliaria pese a acumular múltiples condenas por crímenes de lesa humanidad.

Los manifestantes se concentraron en la entrada principal del barrio Peralta Ramos y recorrieron el «camino de la impunidad» hasta la casa marplatense del genocida, ubicada en la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas.

A lo largo del camino, fueron colgando siluetas de cartón, cartulina, papel y fotos de Julio López en los árboles del bosque Peralta Ramos.

«Cárcel común ya para Etchecolatz y todos los genocidas. Si no hay justicia, hay escrache. Siluetazo en Mar del Plata para señalar el camino de la impunidad hasta la guarida del represor», publicó en Twitter la cuenta del Frente de Izquierda.

El escrache, del que participaron partidos políticos de izquierda como el Partido Obrero, el PTS, el MST y el Nuevo MAS, se produjo en el marco de una serie de actividades de repudio realizadas esta semana contra Etchecolatz, quien reside en su domicilio desde el pasado 29 de diciembre.

El viernes pasado, un nutrido grupo de vecinos participó de una caravana por la zona sur y se concentró en la puerta de la vivienda del represor.

El sábado se llevó a cabo una masiva marcha por las calles del centro marplantese, y también hubo una concentración en la tradicional rambla costera.

La casa del exdirector de la Brigada de Investigaciones de la Policía bonaerense durante la última dictadura militar permanece custodiada por un vallado policial desde que el emblemático represor de 88 años se alojó allí la semana pasada tras sufrir un accidente cerebrovascular en agoto pasado mientras cumplía su detención en el Complejo Penitenciario de Ezeiza.

Los manifestantes quemaron un muñeco que representaba al represor y lanzaron bengalas rojas para representar la sangre derramada por las víctimas de la dictadura.

El represor fue director de Investigaciones de la entonces temible Policía de la Provincia de Buenos Aires entre marzo de 1976 y fines de 1977 y estuvo a cargo de los 21 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que funcionaron en el distrito.

Etchecolatz acumula cinco condenas a prisión perpetua desde 2006, tras la anulación de las leyes de amnistía.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6, que benefició a Etchecolatz al aceptar un planteo por edad avanzada y problemas de salud, también autorizó a otro represor, el médico Norberto Bianco, a vacacionar en la vecina playa bonaerense de Mar de Ajó, ubicada en el Partido de la Costa.

Bianco se desempeñó como jefe de la maternidad clandestina del centro de tortura de Campo de Mayo, en donde las desaparecidas embarazadas daban a luz amarradas a sus camas y los bebés eran robados y entregados en adopciones ilegales.

Mariana Dopazo, la hija de Etchecolatz que se quitó el apellido de su progenitor tras tomar consciencia de sus crímenes, cuestionó el beneficio de la prisión domiciliaria aunque aclaró que eso «no significa no valorar la Justicia».

«Acá no hay un grupo de locos sueltos queriendo escrachar a alguien. No son ‘algunas’ personas. Estamos hablando de una sociedad que piensa otra cosa. Y ‘eso’ tiene que ver con lo que ocurre: denunciar y poder no estar de acuerdo porque si la Justicia fuese justa, a lo mejor la reacción del sujeto social sería otra», manifestó en una columna publicada en el portal elcohetealaluna.com.