Todavía seguimos en pandemia, pero la sociedad parece no haber tomado conciencia sobre la gravedad de la enfermedad y la vulnerabilidad de las personas de riesgo.

Con el fin de la cuarentena estricta, el inicio del distanciamiento, y la habilitación progresiva de distintas actividades para paliar la crisis económica que se avizoraba con el parate total, los distintos gobiernos (municipal, provincial y nacional) apelaron a la responsabilidad ciudadana para contener la propagación del coronavirus. Pero a esta altura y tras casi diez meses de pandemia, el hartazgo de la sociedad hacia las restricciones impuestas llegó a su límite.

A pesar de las más de 43 mil muertes y más de un millón y medio de personas contagiadas en el país, el pedido de responsabilidad ciudadana no surtió efecto y el relajamiento social con las medidas de cuidado son casi nulas en algunos sectores de la sociedad, especialmente en los jóvenes.

En los últimos días circularon por distintos medios imágenes de fiestas clandestinas, embarcaciones que superaban la capacidad permitida y aglomeraciones de turistas en las distintas playas de la costa argentina.

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En ese sentido, los funcionarios de Salud, municipal y provincial, Leonardo Caruana y Sonia Martorano, respectivamente, mostraron preocupación ante el aumento de casos y el relajamiento social y consideraron que es necesario que se tomen nuevas medidas a nivel nacional ya que el escenario es preocupante.

En este contexto, son muchas las personas que decidieron viajar a distintos puntos del país para disfrutar de sus vacaciones, y la preocupación surge especialmente en este punto. ¿Qué pasará con quienes regresan a la provincia? ¿Habrá controles sanitarios? ¿Cuáles son los requisitos para quienes visitan la provincia para vacacionar?

Los requisitos para ingresar a la provincia son mínimos: Certificado Verano, no se requiere certificado COVID-19 negativo, no se pide seguro de viaje COVID-19 o cobertura sanitaria y solo se exige tener una reserva de un servicio o alojamiento turístico habilitado.

El titular de la secretaría de Salud de Rosario, Leonardo Caruana indicó, en una entrevista radial, que hay que analizar las decisiones a tomar. “Ante un escenario nacional de complejidad hay que analizar propuestas de restricciones e intervenciones sanitarias que puedan atenuar el impacto del aumento de consultas, más allá de picos, que se analizan posteriormente al crecimiento”.

Ante las aglomeraciones que se observan en lugares turísticos, y qué medidas podrían adoptarse con las personas cuando vuelvan de sus vacaciones, el funcionario dijo que “todas las medidas tendrán que ponerse sobre la mesa, con responsabilidad del Ejecutivo Nacional, igual a la que se tuvo al principio”. “Una de las posibilidades puede ser poner en cuarentena a quienes vuelvan, como también hacer el seguimiento de cada viajero. Son necesarias las determinaciones desde el Estado nacional”, remarcó.

“Convivir con el virus nos lleva al relajamiento y a naturalizar muertes. Hay que hablarles a quienes no hicieron las cosas bien. Si hicimos cosas que no debíamos, habrá que hacer esas cosas distinto, para cuidar al resto de la población. No debemos resignarnos a que no podemos hacer más nada. Hay que encontrar un equilibrio. Cuidarnos nos hará bien a todos, todos seremos ganadores, porque también se beneficiarán la economía y el sistema social”, concluyó.

Por su parte, la ministra de Salud provincial, Sonia Martorano indicó, días atrás al brindar una conferencia de prensa sobre el operativo de vacunación que “lo que ocurre en Tostado (gran incremento de casos que determinó regreso a fase 1 de aislamiento) es lo que ocurre en la provincia y el país. Y comienza a preocuparnos no sólo por la cantidad de casos sino por el comportamiento social, y porque se puede replicar en otros lugares”.

En referencia al compromiso social, la ministra habló de los “muchos jóvenes que están viajando a muchas playas de la costa, a quienes vemos por televisión que se reúnen sin barbijo ni distanciamiento, que cuando vuelvan pueden traer contagio”.

Además aseguró que “se puede hacer turismo pero con los cuidados necesarios; en burbuja, con barbijo, con poca socialización. Cuanto mayor contagio haya, se producirán más mutaciones del virus, que va cambiando su estructura porque quiere sobrevivir. Hay que bajar el nivel de socialización y, así, bajará el de transmisibilidad”.

En referencia a Rosario la ministra precisó que “el comportamiento social está más o menos bien, pero llegamos a tener 1000 casos, que aunque no alcanzaron a saturar el servicio de salud, no es un número bajo, y cualquier variante en la situación actual complicará la cosa”.

La llegada de la vacuna Sputnik V, 12 mil dosis a Santa Fe, representa un alivio para frenar la enfermedad, aún no son suficientes para relajar los cuidados.

Por el momento no existen disposiciones o definiciones oficiales sobre qué ocurrirá con las personas que regresen de sus vacaciones o para quienes pretendan ingresar a realizar turismo a la provincia, como tampoco qué protocolos se aplicarán para controlar la propagación de la enfermedad ante la gran circulación y relajamiento social respecto de las medidas de cuidado.