El 23 y el 24 de abril, los ciudadanos de la parte europea de Rusia vieron auroras boreales en San Petersburgo, Tver, Moscú e incluso en Ryazan. Estas ocurren en esas zonas con menos frecuencia que en la parte septentrional del país euroasiático.

La fuerza de las tormentas magnéticas se clasifica en una escala de cinco puntos. Una tormenta de nivel G1 se considera la más débil. A partir de la tarde del 23 de abril de 2023 en Moscú se produjo una tormenta magnética de niveles G1 a G4 (de débil a muy fuerte). El pico se superó alrededor de la medianoche del 24 de abril.

Se prevé que la tormenta magnética baje en la segunda mitad del día el 24 de abril, informa el laboratorio de astronomía de rayos X del Sol del Instituto de Física de la Academia de Ciencias de Rusia y el Instituto de Física Solar-Terrestre de la rama siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia, según señala la agencia Sputnik.

Las erupciones solares pueden provocar tormentas magnéticas en la Tierra, que a su vez causan interrupciones en las redes eléctricas y afectan a las rutas migratorias de aves y animales. Las tormentas fuertes son capaces de producir interrupciones en las comunicaciones de ondas cortas y en los sistemas de navegación, así como fallos eléctricos en las redes industriales.

Lo importante es que el aumento de la actividad solar puede ampliar el alcance geográfico de las observaciones aurorales.