El papa Francisco advirtió que “los gerentes que cierren negocios, fábricas o reestructuren firmas sin considerar por completo el impacto que tendrá en sus trabajadores y sus familias, están cometiendo un pecado muy grave».

Su Santidad lo señaló durante la audiencia semanal ante decenas de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, y mencionó que estaba preocupado por cómo las familias pueden verse afectadas por una disputa laboral, dejando claro que su preocupación por el problema se extiende a muchos países. «Quienes, por esquemas económicos o con el objetivo de lograr acuerdos que no son totalmente transparentes –expresó-, cierran fábricas, cierran empresas o dejan sin trabajo a la gente, esas personas cometen un pecado muy grave».

No solo en Italia

El religioso argentino se saltó el guión, tras mencionar que está preocupado por cómo las familias pueden verse afectadas por una disputa laboral en la cadena de televisión Sky Italia, pero dejó en claro que su preocupación por el problema se extiende a muchos países.

Al igual que otros países del mundo, Italia ha sufrido el cierre de compañías y factorías por un traslado de la producción al exterior, para favorecerse con costos laborales más bajos o como consecuencia de reestructuraciones y fusiones. Sky Italia se ha visto afectada por huelgas de empleados opuestos a su plan de trasladar la mayoría de sus operaciones de Roma a Milán, algo que los sindicatos aseguran que podría provocar cientos de despidos y transferencias forzosas. En otro caso que ha estado en las primeras planas de la prensa italiana, hasta 2.000 personas podrían perder su empleo en la reestructuración de la aerolínea Alitalia, cuyo fracaso a la hora de competir con compañías de bajo costo ha sido ampliamente atribuido a décadas de mala gestión.»