La otitis media es la inflamación de los espacios del oído medio independientemente de cuál sea la patogenia.

La otitis media, como cualquier otro proceso dinámico, se puede clasificar de acuerdo con la secuencia temporal de la enfermedad en aguda (duración de los síntomas entre 0 y 3 semanas), subaguda (de 3 a 12 semanas), crónica (más de 12 semanas). Asimismo dependiendo de la evolución de la otitis media, ésta puede presentar una efusión de líquido (otitis media seromucosa) en el oído medio que puede ser de tipo seroso (fluido, parecido al agua), mucoso (viscoso, parecido al moco) o purulento (pus).

El agua, la humedad y el calor constituyen el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de bacterias y hongos, que pueden afectar a la flora habitual de la piel que recubre el conducto auditivo externo.

Existen dos tipos de otitis: la media, que es es una inflamación del oído medio y está asociada principalmente a las congestiones nasales y la externa, que es una inflamación de la piel del conducto auditivo externo, y se asocia a agentes  irritantes como el agua, o  lesiones provocadas por  pequeños traumatismos, como dedos, hisopos o cualquier elemento que se introduzca en el conducto.

María Andrea Ricardo, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico, y asesora médica de GAES Centros Auditivos, explicó que la otitis «se caracteriza por el dolor intenso, y en algunas ocasiones se observa una descarga de material purulento» y destacó que «es más frecuente en período estival debido al mayor contacto con el agua».

«Los productos utilizados para el mantenimiento de las piletas (cloro, alguicidas, decantadores, etc.) resultan irritantes para la piel, provocando micro erosiones que representan la puerta de entrada de las bacterias. Algunas personas que padecen de lesiones crónicas de la piel en el pabellón (oreja) pueden presentar predisposición para estos cuadros«, afirmó Ricardo.

La especialista se refirió a las medidas preventivas e indicó que en el caso de las otitis externas, asociadas a las piletas o al verano, «es importante el cuidado de secar el oído. Existen productos comerciales con alcohol y ácido acético, también el conocido alcohol boricado, puede ayudar a secar el conducto».

«El alcohol actúa como astringente a la vez que disminuye la densidad del agua permitiendo eliminarla. El ácido acético o el ácido bórico acidifican el medio, evitando el desarrollo de gérmenes«, explicó la médica.

Además, puso de relieve que es imprescindible consultar con el médico pediatra, o con un especialista, para realizar un examen y confirmar el diagnóstico.

En caso de no poder concurrir inmediatamente al médico, se recomienda no colocar medicación local (gotas), si no administrar medicamentos para calmar el dolor, como un analgésico por vía oral.

Los medicamentos utilizados habitualmente son antibióticos por vía general (oral o intramuscular) o locales (gotas), antiinflamatorios para disminuir la inflamación y los

necesarios para resolver los cuadros de resfrío o catarros cuando se presenten son las alternativas más frecuentes para tratar un cuadro de otitis.