El ingeniero argentino, Santiago López Menéndez, que fue secuestrado en Nigeria, logró bajar el nivel de violencia de sus captores nombrando a Messi. Sus captores no hablaban ingles, y Santiago trataba de explicarles que era argentino, pero no interpretaban sus palabras. El insistente grito de “¡Messi, Messi!” logró que los hombres bajaran el nivel de agrtesividad.

Menéndez se recupera, después de haber estado casi tres días secuestrado, en la embajada de Argentina en Abuja, Nigeria.