El famoso ilusionista argentino René Lavand, falleció esta madrugada en una clínica de la ciudad de Tandil, a los 86 años de edad.

Descolló mundialmente en el mundo de la prestidigitación con cartas por su enorme talento y porque sólo tenía una mano.

Su simpatía y simpleza, a la hora de hacer los trucos más complicados, hicieron de Lavand una figura muy querida y casi familiar. La televisión le permitió ingresar a los hogares para que grandes y chicos siguieran el movimiento de su única mano para tratar de descubrir “cómo lo hacía”.

Y, ciertamente, era casi imposible descubrir el “cómo”.

En ese contexto se hizo famoso un truco con cartas, que lo repetía hasta cuatro veces, acompañado por la frase “No se puede hacer más lento”.

Héctor René Lavandera era su nombre verdadero. Había nacido el 24 de septiembre de 1928 y, a pesar de la falta de su mano derecha, tenía una técnica asombrosa para el manejo de las cartas.

No se consideraba un mago, sino que se definía como «lentidigitador», es decir, un ilusionista con manejo de dedos lento.

«La única misión del artista es convencer al mundo de la verdad de su propia mentira. No hay artista sin estilo y yo creo que logré añadir belleza al asombro al arrimarle al ilusionismo una dosis de poesía y dramatismo», dijo en una oportunidad Lavand acerca de su oficio.

Su debut se produjo en Buenos Aires, en la década del 60, en los teatros Tabarís y El Nacional. En la televisión participó del programa “El show de Pinocho” que conducía Juan Carlos Mareco. En 1961, a través de los shows de Ed Sullivan y Johnny Carson, en estados Unidos, deslumbró a millones de televidentes.

A partir de 1962, comenzó a trabajar en Nueva York y paralelamente actuó en teatros y programas mexicanos. Paulatinamente, continuó conquistando todo el continente americano, hasta que en 1983 llegó a Europa, tras ser descubierto por maestros españoles Tamariz Martel, Arturo de Ascanio y Navaz, quienes le abrieron las puertas para los públicos europeos y asiáticos.

Lavand tiene publicados cinco libros sobre técnicas para especialistas, en varios idiomas, y un libro de anécdotas. En el cine participó en la película El oso rojo (2002).

«El gran simulador» fue un documental que realizó Néstor Frenkel sobre la vida de René. En una entrevista, contó una «leyenda» sobre un encuentro entre Lavand y Copperfield, quien reservó toda la primera fila y fue al camarín a darle su reconocimiento. Cuando les propusieron entrevistarlos juntos, René contestó: «Este señor hace algo con lo que yo no tengo nada que ver; viaja con tres toneladas de equipaje, y yo viajo con un mazo en el bolsillo».