El juez federal Claudio Bonadio murió este martes, a las 6.20, en su casa de Belgrano, donde se encontraba con cuidados paliativos por una enfermedad terminal, confirmaron fuentes judiciales. El magistrado había cumplido 64 años hace tres días, el 1° de febrero. El juez federal se encontraba de licencia. El año pasado se sometió a una intervención en la cabeza.

Cuando se reintegró al juzgado a mediados de mayo, les dijo a sus colaboradores: “Los registros sobre mi muerte están exagerados”.

En los últimos años tomó relevancia mediática por llevar adelante causas en las que a través del lawfare fueron perseguidos dirigentes de la oposición, durante el gobierno de Mauricio Macri. Además fue conocido en la década de los noventa por tratarse de uno de los jueces federales adictos al menemismo, que figuraba en la tristemente célebre «servilleta de Corach». También estuvo en el tapete cuando mató a dos supuestos delincuentes, en un confuso incidente en el que resultó herido un amigo del juez federal.

«Hasta diciembre estaba trabajando y estaba bien. Ahí tramitamos una licencia compensatoria. El doctor era de trabajar mucho», manifestó Mónica, su histórica secretaria, en declaraciones a TN.

Referente de la Justicia Federal, en los últimos años había mantenido un duro enfrentamiento con la actual vicepresidenta, Cristina Kirchner, a quien había procesado con prisión preventiva en varias causas por presuntos hechos de corrupción.

Bonadio, que había cumplido 64 años el pasado sábado, había anunciado a finales de enero que no iba a regresar a su Juzgado en febrero tras la feria judicial por una «compensación de licencia», es decir vacaciones no tomadas en años anteriores.

Ícono de Comodoro Py, el magistrado había iniciado su carrera en la política de la mano de Carlos Corach: en 1992 el entonces secretario de Legal y Téncica lo había designado como su asesor en Asuntos Legales.

Su historia siempre quedó ligada a ése mismo funcionario menemista: en reiteradas ocasiones, sus opositores recordaron que su nombre había aparecido en la «servilleta de Corach», en la que figuraban los jueces que «jugaban a favor del Gobierno» del riojano.

Pese a que su pliego para ser juez federal en lo Criminal y Correccional de Morón fue aprobado por el Senado en 1993, Bonadio nunca asumió el puesto y pocos meses después ingresó en Comodoro Py luego de que el entonces presidente Carlos Menem ampliara a doce la cantidad de juzgados de primera instancia.

Su figura fue cuestionada tanto en la arena política como en el Consejo de la Magistratura, donde fue denunciado en varias ocasiones: una de las presentaciones más importantes fue hecha en 2004 cuando la Oficina Anticorrupción lo denunció penalmente por manejos sospechosos en una causa para supuestamente favorecer a un ex director del PAMI de los tiempos de la gestión de Víctor Alderete.

En 2001, Bonadio protagonizó un hecho policial al tirotearse con dos delincuentes en la localidad bonaerense de Florida, ocasión en la que ambos malhechores perdieron la vida: años más tarde, en 2015, Cristina Kirchner lo tildó de «pistolero, mafioso y extorsionador» en plena cadena nacional.

En los últimos años había encabezado la instrucción de un gran número de causas judiciales que tenían como acusados a la propia ex presidenta y a dirigentes de su entorno, como la investigación del Memorándum de Entendimiento con Irán, la causa de los cuadernos y el dólar futuro, entre otros expedientes que cursaban en el Juzgado Criminal y Correccional Federal número 11.