SáBADO, 30 DE NOV

Muñecas estrena ante público presencial las canciones de su disco “Festival de Sombras”

La banda indie pop rock rosarina se presentará esta noche en Casa Brava, interpretando ante personas por primera vez -luego de varios shows vía streaming- los temas de su destacada última producción discográfica. Conclusión dialogó en la previa con el guitarrista Marcos Ribak.

Por Santiago A. Fraga

El tiempo pasa, nos vamos poniendo technos”… En octubre de 2020, Muñecas lanzó su disco “Festival de Sombras”, que con un gran trabajo conceptual, compositivo y sonoro logró plasmar un sonido pop/indie con sello propio, diferenciándose a su vez del primer trabajo (“Muñecas”, 2017) y logrando colocarse en distintos radares musicales.

Si bien la pandemia frustró todos los planes de gira y presentación de la banda, el 2021, aunque aún con barbijos y distanciamiento, ofrece nuevas oportunidades, y es por eso que el grupo podrá tocar por primera vez sus temas ante un público presencial esta noche, cuando protagonicen la velada de este jueves 11 de febrero desde las 21 en Casa Brava, con entrada gratuita (se necesita reservar mesa previamente).

La repercusión fue muy buena, salvo por esto de que no pudimos salir a tocarlo como queríamos”, analizó Marcos Ribak, guitarrista de Muñecas, en diálogo con Conclusión y 70/30. Si bien desde fines de 2019 la banda comenzó a agitar el disco de forma online, con la salida de singles como “El Secreto” y videoclips, la pandemia cayó justo en el tramo final de producción y lanzamiento del disco, por lo que si bien la virtualidad les permitió entrar en varias listas de Spotify y obtener repercusión en muchos lugares por fuera de Rosario (o incluso Argentina), les aguó la faceta de las presentaciones en vivo, algo que consideran su fuerte.

Con un estilo bien influenciado en el pop rock de los 80’, que atraviesa tanto la música como el arte de “Festival de Sombras”, las trece canciones del disco recorren distintos estados de ánimo, siempre marcadas por ese dejo de melancolía y oscuridad propio del new-wave. “Es un disco medio oscuro, medio de la noche” interpretó ‘Quito’, quien contó que en la etapa de creación de los temas se encontraban escuchando mucho a bandas del estilo como Depeche Mode o Simple Minds.

Esas influencias iniciales se sumaron a la búsqueda sonora de la banda y el talento compositivo de Fabricio Zero, en una obra final donde también se destacan positivamente sus letras (“¿De qué vale la ambición? Somos juguetes del peor postor y nada cambió”, fragmento de “Meritócrata”).

Sin dudas, estas intenciones encontraron buen puerto también gracias al trabajo de Tuta Torres (a quien definió como «un gurú«) en la producción artística y Tomás Crow (a.k.a. Tomás Gagliardo) en el diseño de sonido, manos que Ribak consideró fundamentales en el proceso de “Festival de Sombras”.

A ellas, además, se les suma la participación de Dani Pérez, Panky Malissia, Federico Falco, Santiago Mealla y Daniel Ovie en la parte técnica, Federico Toscano y Ariel Camuratti en el arte visual y de Manu Piro, el propio Falco, el propio Malissia y Margarita Molfino como intérpretes invitados, sumándose a la banda de Zero (voz, sintetizadores y programación), Ribak (guitarras eléctricas), Manuel Camarasa (bajo y coros) y Daniel Menegozzi (batería, percusión y samples).

Además de la fecha de hoy en Casa Brava, el viernes 26 de febrero Muñecas tocará junto a Zero Kill (proyecto musical de Benito Cerati) en la terraza de la Plataforma Lavardén, con entradas anticipadas ya a la venta desde $300. Mientras tanto, el grupo prepara nueva canción y hasta un mediometraje, mientras piensa a futuro en una fecha presentación del disco.

La de esta noche será la primera vez que toquen sus temas frente a público, después de haber realizado varias presentaciones vía streaming en 2020, dirigidas a Argentina, México y el mundo.

– ¿Qué sienten de volver a tocar con público?
– Qué decirte… es tremendo. Venimos, como ya sabemos todes, de un tiempo sin tocar, o tocando para cámaras, y la verdad es que estamos muy ansiosos de verle la cara a la gente, las expresiones, poder sentir que realmente transmitís. Porque los shows en streaming están buenos, tienen un alcance distinto y a nosotros nos abrió puertas en otros lugares como por ejemplo en México, pero no es lo mismo para nada. Así que hay como ansiedad, euforia, todo junto. Tuvimos un par, hicimos en el Atlas un show que se transmitió, después una transmisión para “La Seguimos En Casa” en 5RTV, varios Instagram Live y también participamos en el Festival Marvin, que fue transmitido para México. Además, esta va a ser la primera vez que toquemos los nuevos temas ante gente.

– Si bien entre el primer disco y el segundo pasaron tres años, el ambiente que se percibe en “Festival de Sombras” es bastante distinto. Trabajaron un sonido mucho más pop, algo menos crudo, con mucha más presencia de los sintetizadores.
– El primero fue como muy primer disco. Estaban los temas ahí medio crudos, y fue una búsqueda pero más por otro lado. A diferencia de este, que ya los temas estaban planteados desde la composición sobre cómo iban a sonar, y ya había una búsqueda más pensada en lo que era el audio y lo que queríamos transmitir. En eso hubo una gran diferencia, y también en la evolución nuestra como músicos, de Fabri (Zero, cantante) como compositor. En eso la verdad que hubo un gran avance, y estamos muy contentos de cómo quedó el trabajo final. Estamos muy conformes.

– ¿Cuáles fueron los clicks para decidir cómo querían que sonase este disco y cuál iba a ser el concepto?
– Los clicks fueron muchos del disco anterior. Cuando lo estábamos terminando de hacer, nos empezó a hacer varios clicks en la cabeza y cuando lo sacamos ya estábamos pensando en este. Fue automático. Nos re impulsó para hacer cosas nuevas, y para este disco fue como que veníamos escuchando mucha música de los 80’, mucho Depeche Mode, mucho Simple Minds, ese tipo de bandas, y en ese momento también los temas iban por ahí. Fue todo un conjunto de cosas. Después, también laburar con Tuta Torres para nosotros fue increíble. Es como que él nos dio mucho más que una producción. Nos dio aliento, estuvo ahí. Es como tener un gurú.

– ¿Cuánto influyó el trabajo de él y particularmente su rol como productor?
– La producción artística en el primer disco fue muy distinta al segundo. En este nosotros ya teníamos otra madurez, y el trabajo de él es difícil de explicarlo pero es súper importante. Yo lo que considero más que nada es que le da mucha atención a lo que la canción quiere decir. Tanto desde la música como desde la letra. Entonces, hace mucho hincapié por ahí en alguna palabra o en alguna parte que vaya con lo que está sucediendo en la música, y está atento a esas cosas que uno cuando está grabando o componiendo no puede realmente prestarle atención y es algo sumamente necesario. Fue muy importante para nosotros.

– En el disco también trabajaron con mucha más gente, entre ellos Tomás Crow.
– Tuvimos el placer de laburar con Tomás Crow, que es un chico de acá de Rosario que ahora está viviendo en Londres y se encargó de lo que es la producción de audios (mientras que Tuta se encargaba puramente de lo artístico) y estar en el más mínimo detalle para que suene perfecto. Hay temas en los que se nota mucho la mano de él en la mezcla, como por ejemplo en “Apaga la luz”, que se nota el diseño del audio más minimalista. Es muy zarpado. Un chico muy joven y una gran promesa.



– Todo esto demuestra una mentalidad muy distinta a la hora de encarar el disco.
– Sí. Para este teníamos como 25 o 27 demos. Una locura. La depuración la hicimos primero nosotros y después con Tuta, y fue doloroso en un momento, jajaja. Yo sufrí la salida de algunos temas. Ese es el momento en que siempre jodemos que nos agarramos a las manos, porque cada uno dice “¡No! ¿Cómo vas a sacar ese tema?”. Pero también sabemos que siempre hay un momento para todo, y que un disco se piensa y se mira como una obra integralmente. Este es un disco medio oscuro, medio de la noche.

– Ese trabajo conceptual se nota mucho en “Festival de Sombras”, e incluso en lo bien que quedó ensamblado en cuanto al orden de los temas.
– Bueno, esa es otra donde “nos agarramos a las manos”, en el orden de los temas, jajaja.

– Con todas estas etapas de trabajo, ¿cuánto pasa desde que se compone el tema hasta que se termina?
– Cuando se piensa en un disco, pueden pasar años. No solamente por las manos que tocan esos temas sino por ahí por nosotros, los músicos, que por ahí nos cuesta terminar los procesos o también la cuestión tiempo/dinero que influye. Si hablamos de temas, nosotros por ejemplo ahora estamos planeando sacar un tema nuevo, y al trabajar sobre canciones solas es como mucho más expeditivo. Y también esto, el tema de la madurez y la experiencia influye. Nosotros hicimos el primer disco, ahora el segundo, y ya estamos viendo las cosas de otra manera, tratando de adaptarnos al día a día también y a cómo son los tiempos hoy. Ahora estamos pensando en canciones sueltas, también en buscar otros sonidos. Siempre siendo nosotros, pero buscando… divertirnos, porque al final es eso también.

– Y al mismo tiempo, con todos los años que pasaron, ahora ya se sienten más maduros, más plantados.
– La banda comienza en 2012 con el nombre Muñecas Rusas, pero Muñecas arranca en 2015. Con este grupo ya tenemos seis años, y estamos ensamblados, con el mismo objetivo, mirando los cuatro para el mismo camino. A mí, desde que toco, nunca me pasó eso de que estemos todos yendo para el mismo lado, de la mano te diría.

– ¿Qué es lo que más los moviliza a la hora de hacer música? ¿Lo toman como un proceso meramente artístico o les influyen otras cosas?
– Yo soy partidario de que no se puede componer feliz. Hay que estar triste. Y la vida es triste a veces, y pasa eso de que uno por ahí anda medio deprimido y se sienta y hace una canción. Pero a nosotros como banda realmente nos pasa que también al estar tan en el camino, y tan compenetrados los cuatro con lo mismo, somos culoinquietos. Sacamos el primer disco y ya estábamos pensando en el segundo, ahora sacamos este y ya estamos queriendo sacar canciones nuevas. Nos mueve lo mismo que hacemos y la devolución que nos da el público, la gente. Eso es lo que más nos mueve a la hora de componer. Vemos que hay respuesta y eso te incita a hacer más, algo que por ahí no pasa cuando estás tranquilo.

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