Por Alejandro Maidana

“Entre Misión Chaqueña y Misión Carboncito, a 50 kilómetros de Embarcación suman 6000 habitantes y yo soy el único médico”, supo decir en un visceral escrito quién entrega sus días y conocimientos médicos a los más vulnerables. Eso es diez veces peor de lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda: un doctor cada 600 personas.

La conquista del Gran Chaco se sigue sucediendo en distintos capítulos, ahora ya sin balas, pero utilizando como ariete un modelo productivo expulsivo y concentrador que ha encontrado en el latifundio, la excusa justa para borrar del mapa a los verdaderos dueños de esas tierras.

La profundización del saqueo y la expulsión, sigue su deleznable curso ante la mirada impertérrita de un pueblo que se funde en la médula racista y colonial de un país acostumbrado a contemplar las miserias ajenas, escondiendo bajo la alfombra de la historia las propias.

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La desmemoria avanza cuan jinete del apocalipsis, arrasando las verdades que brotan desde la tierra, para imponer la lógica voraz de un progreso criminal. El desmonte, el monocultivo, los venenos, la biodiversidad talada desde lo más profundo de su ser, una carta de presentación tan explícita como arrasadora. Para las comunidades del chaco salteño, la posibilidad de cazar algún animal o recoger frutos, se ha convertido en un desafío mayúsculo, para no denominarlo utópico.

Claramente se trata de un exterminio planificado, de un genocidio silencioso y sistemático, el fin último sigue siendo que las comunidades indígenas desalojen las tierras que les pertenecen desde hace 5000 años. Pero claro, y si bien muchas familias han elegido (obligadas) pasar a engrosar las periferias de las grandes urbes, muchas otras decidieron seguir aferradas a esa tierra que tanto aman, pero que hoy se ha convertido en un verdadero desierto.

Meses atrás, Lautaro, un pequeño de un año y ocho meses, oriundo de Tráfico, falleció en la ambulancia que se rompió cuando lo trasladaban a Embarcación. “Estoy desolado, me parece de terror. Él había estado internado; pero muchas veces les dan el alta muy rápido. Priorizan internaciones cortitas: cuando mejoran un poco, los mandan a la casa con indicaciones que los padres no pueden cumplir en muchas ocasiones. Te recetan determinada cantidad de agua por día, pero quizá no tenemos acceso en toda la semana”, supo decir Rodolfo Franco.

Un doctor grita su dolor en la frondosidad del olvido

<Aplican todas las violencias que existen, es un genocidio sofisticado: hacen lo posible para que mueran por “causas naturales” como no tener agua y comida. Grito aunque sé que puede traerme problemas, pero ellos me pagan por mi trabajo de médico, no por mi ideología. Lo que pienso y siento es mío, no me lo pueden comprar>. Sin medias tintas, así lucha por una realidad menos horrible el doctor Rodolfo Franco.

El mismo que no dudó en repudiar y dar a conocer que los facultativos médicos tienen prohibido poner “desnutrición” en sus diagnósticos, ya que el gobierno controla a los mismos celosamente.  Las tierras de las comunidades indígenas siguen siendo el objetivo de las familias poderosas, terratenientes que se intercambian el poder político, a sabiendas que el suyo es el poder real. La nuestra es una democracia que sigue subordinada a los poderes fácticos, a esa rancia minoría que todo lo corroe y erosiona, empujando la miseria y el hambre.

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En las últimas horas el doctor Rodolfo Franco, integrante de Misión Chaqueña, envió un video socializando su dolor, el mismo alertaba de la muerte de niños wichi por hambre. Por ello Conclusión acudió a su llamado con la intención de conocer en profundidad la demoledora realidad que atraviesa a nuestros pueblos preexistentes al Estado. “Como médico de la comunidad wichi denominada Misión Chaqueña, quiero alertar a las autoridades políticas que las 5.000 personas que aquí se encuentran, viven en condiciones deplorables de supervivencia. Su situación se vio agudizada debido a la falta de venta de las artesanías que ellos producen con sus propias manos, esto claramente debido a la pandemia”.

Muchas mamás se acerquen a mí socializando su preocupación, ya que me comentan que están imposibilitadas de poder asegurarles un plato de comida diario a sus hijos

En el mundo el turismo se ha frenado abruptamente, por ello las bellas artesanías y los muebles que realizan en la comunidad, han quedado en punto muerto. “Esto empujó a que la mayoría de la población se encuentre paralizada y sin trabajo, esto hace que muchas mamás se acerquen a mí socializando su preocupación, ya que me comentan que están imposibilitadas de poder asegurarles un plato de comida diario a sus hijos. Esto es dramático, si bien llegan las colaboraciones del gobierno nacional y provincial, las mismas son insuficientes”.

Aquellos que se encuentran instalados en la espesura del monte salteño, están cercados por el alambrado de los campos sojeros que lamentablemente predominan por estos lugares

La soja desaloja, acorrala y envenena. El modelo productivo actual es sinónimo de hambre y desarraigo. “Misión Chaqueña no es de los peores lugares, aquellos que se encuentran instalados en la espesura del monte salteño, están cercados por el alambrado de los campos sojeros que lamentablemente predominan por estos lugares. Les han quitado el monte, esto se ve con mayor claridad en las fronteras con Paraguay y Bolivia”.

Insto a las autoridades a que colaboren para evitar muertes por inanición, es intolerable que en este país tengamos decesos por el no acceso a alimentos, es muy triste parecernos a esos países africanos que solemos ver por la televisión

Un llamado que se reitera, un grito altisonante que busca impactar en los sordos pídos de aquellos con la capacidad de torcer una historia atravesada por la desidia. “Insto a las autoridades a que colaboren para evitar muertes por inanición, es intolerable que en este país tengamos decesos por el no acceso a alimentos, es muy triste parecernos a esos países africanos que solemos ver por la televisión. En mi comunidad yo estoy detectando hambre, hay muchos niños que no comen todos los días, esta es una situación deplorable que debe ser atacada con ayuda estatal, es la único que puede evitar que se sigan sucediendo muertes de niños y niñas por inanición”.