Por Aldo Battisacco – Enviado especial – Miles de mujeres comenzaron a tomar las avenidas del centro porteño en la previa a la marcha que comenzó frente al Congreso y concluirá con la lectura de un documento en la Plaza de Mayo, en el marco del tercer «Paro Internacional Feminista, 8M».

Los distintos grupos y columnas comenzaron a concentrarse en torno del Congreso desde donde comenzaron la marcha hacia la zona de Plaza de Mayo.

Según los organizadores, participan colectivos de «lesbianas, travestis, trans, bisexuales, personas no binarias, gordas e intersex junto a trabajadoras ocupadas, desocupadas, precarizadas, y de la economía popular».

Grupos de niñas y adolescentes con los pañuelos verdes que reivindican la campaña por la legalización del aborto, marchaban junto a mujeres que portaban el pañuelo violeta que rechaza la violencia machista y otras que con los pañuelos naranjas reclamaban la separación de la Iglesia y el Estado.

Muchas de esas niñas también llevaban pancartas en las que reclamaban por los derechos de las niñas víctimas de violaciones que quedaron embarazadas y no pudieron acceder a la interrupción legal del embarazo.

Conlusión dialogó con  Manuel Iglesias de la agrupación  «Atravesados por el Femicidio» quien afirmó que el Estado «se encuentra totalmente ausente» y que «cada vez les toca presionar más» para poder ser escuchados.

«Son 46 familias en Buenos Aires las que conforman la agrupación y también hay en Santa Fe y Mendoza. Los femicidios son cada vez más, queremos que este flajelo desaparezca, lo que es imposible, pero por lo menos intentamos visibilizarlos y así tratar de minimizarlos a lo mínimo posible», sostuvo Iglesias.

 

«Al Estado no le podemos pedir nada, es como pedirle al machista que de de golpearte, así que decidimos venir a las calles, para encontraros entre nosotras y generar las redes de contención que necesitamos. El aborto ya es ley en las calles», manifestó en diálogo con Conclusión una de las tantas jóvenes que se manifiestan este viernes.

Por otro lado, a pesar de lo positivo de la marcha, otras chicas consideran que «a pesar de que cada vez sean más», «los derechos no están plenamente garantizados».

«Aún no hay aborto legal seguro y gratuito, aún hay mucha precarización laboral, aún seguimos ganando menos que los hombres y aún no hay cupo laboral trans. Pero ponemos el cuerpo para demostrar que nuestros derechos importan», remarcó la joven.