Melanomas

Melananomas

La pregunta que todos se hacen cuando tienen un lunar es si se trata de uno maligno, si se trata de algo que puede poner en peligro la vida.
Por esta razón, se comparten aquí 9 pistas o señales propuestas por dermatólogos. Se trata de signos que deben alarmar sobre el potencial maligno de un lunar.
  1. Si el lunar tiene bordes irregulares; es decir, si los bordes no están bien definidos y no puede definir con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.
  2. La mayoría de los lunares benignos son redondos. Cuando no es así, es decir, cuando las dos mitades del lunar no son iguales hay que entrar en alerta y vigilarlo con atención. Esto es lo que los dermatólogos denominan asimetría.
  3. Si el lunar presenta más de un color. Por ejemplo, que un mismo lunar tenga tono café, negro y rojo, esto también debe ser tenido en cuenta como signo de alarma y debe conducir a estudiar con más rigor la lesión que se tiene.
  4. Cuando un lunar mide más de 1 centímetro de diámetro o ha crecido desde la revisión anterior, también hay que alertarte.
  5. Cuando el lunar se inflama, pica, duele, sangra o tiene una úlcera (lesión abierta encima de la superficie del lunar) se debe sospechar de su potencial maligno.
  6. Si el lunar aparece de forma busca y se pone de color negro.
  7. Si se tiene muchos lunares quizá sea más difícil estar atento a cualquier cambio que ellos puedan presentar y en tal caso es de utilidad la consulta periódica con un dermatólogo.
  8. Si en la familia hay antecedentes de cáncer de piel o lunares malignos también es importante consultar, no porque los lunares malignos sean hereditarios, sino porque se comparte con los familiares el mismo tipo de piel que hace más susceptible a padecer este tipo de enfermedades.
  9. Siempre que se tenga una duda es importante consultar con un dermatólogo.
Por esta razón, se comparten aquí 9 pistas o señales propuestas por dermatólogos. Se trata de signos que deben alarmar sobre el potencial maligno de un lunar.
  1. Si el lunar tiene bordes irregulares; es decir, si los bordes no están bien definidos y no puede definir con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.
  2. La mayoría de los lunares benignos son redondos. Cuando no es así, es decir, cuando las dos mitades del lunar no son iguales hay que entrar en alerta y vigilarlo con atención. Esto es lo que los dermatólogos denominan asimetría.
  3. Si el lunar presenta más de un color. Por ejemplo, que un mismo lunar tenga tono café, negro y rojo, esto también debe ser tenido en cuenta como signo de alarma y debe conducir a estudiar con más rigor la lesión que se tiene.
  4. Cuando un lunar mide más de 1 centímetro de diámetro o ha crecido desde la revisión anterior, también hay que alertarte.
  5. Cuando el lunar se inflama, pica, duele, sangra o tiene una úlcera (lesión abierta encima de la superficie del lunar) se debe sospechar de su potencial maligno.
  6. Si el lunar aparece de forma busca y se pone de color negro.
  7. Si se tiene muchos lunares quizá sea más difícil estar atento a cualquier cambio que ellos puedan presentar y en tal caso es de utilidad la consulta periódica con un dermatólogo.
  8. Si en la familia hay antecedentes de cáncer de piel o lunares malignos también es importante consultar, no porque los lunares malignos sean hereditarios, sino porque se comparte con los familiares el mismo tipo de piel que hace más susceptible a padecer este tipo de enfermedades.
  9. Siempre que se tenga una duda es importante consultar con un dermatólogo.