Alrededor de mil personas permanecían hoy varadas en la zona de alta montaña de la ciudad de Mendoza, como consecuencia de los aludes que se produjeron en la zona en las últimas horas, mientras que se mantenía cerrado el Paso Cristo Redentor, principal vía de comunicación a Chile.

En tanto, personal de Vialidad Nacional y de Gendarmería Nacional trabajaban para despejar la ruta sobre el arroyo Ranchillo y La Quebrada, luego de los aludes que se produjeron el último fin de semana.

Según información de Gendarmería Nacional, 600 personas se quedaron en Punta de Vacas; 180 en Polvaredas, en el paraje de Puente de Inca; y 120 en el complejo de la aduana de Horcones.

En tanto, unas 75 personas se quedaron en la aduana dentro de los automóviles, además de varios colectivos con 270 pasajeros en total, según informó Gendarmería Nacional a medios locales.

Efectivos de las fuerza asistieron a 25 de los varados en Punta de Vacas, a los que se le suministró de víveres y colchones para pasar la noche.

Por el momento, sólo se abrió el paso en el sector chileno, para aquellos que debían regresar al país trasandino.

Varios de los varados en la zona de Los Penitentes indicaron que tuvieron que pasar la noche en sus vehículos sin ningún tipo de ayuda.

Así lo indicó al sitio MDZOL Pablo Martín, varado junto a otras cuatro personas.

«Estoy con mi novia, mi cuñado y mi cuñada. Cruzamos el túnel y en el primer control nos dijeron que hubo dos aludes. Cuando llegamos a la aduana nos avisaron que había cortado. Frenamos en un puesto de un gendarme y nos quedamos en la camioneta, como la gran mayoría», señaló el hombre.

Martín aseguró que la única asistencia recibida es por parte de un negocio que permitió la utilización de sus baños, mientras que otro aumentaron los precios hasta llevar, por ejemplo, a cien pesos el costo de una botella de agua mineral.