La Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR) advirtió que los tratamientos de fertilidad pueden «retrasarse, reprogramarse o incluso cancelarse», debido a la crisis que atraviesa el sector por la inflación, la devaluación y las restricciones a las importaciones.

La crisis afecta, directamente, a algunos centros dedicados a esta actividad, que «pone en riesgo» la continuidad de los mismos.

A través de un comunicado, las autoridades de SAMeR expresaron que «La alta inflación desde hace meses, la gran devaluación ocurrida hace unos días, y las restricciones impuestas al sector importador, generaron una enorme dificultad para conseguir los insumos y equipamientos tecnológicos».

Por tal motivo, «en algunos casos, se está haciendo inviable la realización de los tratamientos, poniendo en riesgo, inclusive, la continuidad de varias Instituciones de reproducción».

«Toda esta situación, llevará al atraso en los tratamientos, reprogramación y/o cancelación de los mismos», advirtieron los profesionales.

Además, remarcaron que, «los centros de reproducción del país trabajan con insumos y equipamientos de última generación, importados en su totalidad, que requieren mantenimiento, reposición continua, y cuyos costos se abonan en dólares».

  «SAMeR, a través de la acreditación de los centros de reproducción, observa el enorme esfuerzo que realizan los institutos y centros médicos de Reproducción Asistida, y la imposibilidad que tienen para mantener la calidad en su nivel más alto, esto debido a la dificultad de reponer insumos y equipos de alta tecnología, necesarios para lograr los más altos niveles de calidad», añade el comunicado, firmado por Gabriel Fiszbajn, titular de la entidad.

Finalmente, desde SAMeR ratificaron que, “los valores de las prestaciones que abonan las obras sociales y prepagas, que en muchos casos incluyen la medicación, aumentaron muy por debajo de la inflación, de los costos de insumos y del equipamiento», además del retraso en los pagos, que llegan con varios meses de demora.