El presidente de la Fundación ProTejer, Jorge Sorabilla, advirtió hoy que la mitad del precio final de los productos textiles es de impuestos y alertó que el sector está golpeado por la retracción en el consumo, el crecimiento de importaciones y la presión impositiva, por lo que se perdieron unos 25 mil empleos desde 2016.

Al inaugurar la convención Protextil 2017, Sorabilla alertó que «la carga impositiva en una prenda de vestir es del 50,3% y la industria solo incide en un 8,5% del valor final de la prenda, mientras el Estado Nacional incide 500% más que todos los eslabones industriales juntos. Entonces, ¿cómo va a ser la industria nacional eficiente si tiene detrás un Estado que no lo es?».

En la apertura de la Convención Anual, que convoca a 1.500 empresarios del sector, Sorabilla compartió el inicio del evento con el titular de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, quien aprovechó para agradecer a los industriales y empresarios presentes en el evento, entre ellos al ministro de Producción bonaerense, Javier Tizado.

Sorabilla consideró que «mientras no tengamos un Estado eficiente, no habrá tecnología de última generación disponible, que nos haga competitivos y pueda compensar los sobrecostos que se pagan en nuestro país», y dedicó un párrafo crítico a la política económica que ejecuta el Banco Central.

«Para que tengamos una dimensión de lo que estamos hablando, entre 2016 y 2017 se estima que se pagaran $500.000 millones en intereses para financiar el programa de LEBAC del BCRA. Esto seca el presupuesto del Estado, y privilegia en forma desmedida al sector financiero, en detrimento de los sectores productivos que somos los que generamos valor y trabajo.

Por otra parte, el titular de ProTejer se refirió a las medidas sectoriales que están trabajando con el Ministerio de Producción.

«Son importantes y la agradecemos, pero no alcanzan frente a la magnitud del diagnóstico, aunque somos conscientes que hay decisiones que no radican solo en el Ministerio de Producción, porque hay medidas sustanciales que deben surgir de otros Ministerios como el de Hacienda o del BCRA. El Sector necesita medidas de política pública acordes con sus características, que solo se pueden llevarse adelante si hay decisión política», advirtió.

Sorabilla detalló el diagnóstico negativo sectorial como la combinación de importaciones aduaneras, compras externas por turismo, importaciones puerta a puerta, y contrabando remanente, que fundamentan buena parte del por qué el consumo textil está deprimido y el nivel de actividad sectorial no repunta.

Pero el industrial aclaró que la cadena de valor textil llevó adelante un proceso de inversión que supera los u$s 4.000 millones en bienes de capital y desarrollos de última generación tecnología.

El titular de ProTejer identificó otros de los problemas más acuciantes de los textiles: «La complejidad de cuantiosas trabas burocráticas, la desmedida presión impositiva que acumula nación, provincia y municipios, los costos laborales no salariales, los exiguos y caros servicios financieros y los excesivos costos de logística».

Sostuvo que en el sector hay preocupación por el nivel de consumo que aún no muestra señales claras de recuperación, mientras que además impactan la industria las importaciones de indumentaria en el exterior, que solo en el rubro prendas de vestir aumentó 63% en los primeros siete meses del año.

Por su parte, el titular de la UIA, Miguel Acevedo, coincidió con Sorabilla en remarcar los problemas que conlleva a la industria en general la fuerte presión impositiva que aplica el Estado en sus distintos estamentos.

«Este espacio es lo que debemos promover para fortalecer a los sectores productos. La Argentina necesita de todos los sectores para tener un futuro inclusivo y sustentable», señaló.

Dijo que «uno de los aportes más importantes es la generación de empleo genuino, como el que generan los sectores aquí presentes, que genera también múltiples actividades industriales, desde el algodón a la confección y el diseño. Esta cadena diluye todos los prejuicios que se puedan tener sobre la industria argentina, en especial establecimientos que laten al compás de las necesidades locales en pueblos de todo el país. La cadena textil tiene enorme potencial y oportunidades».