Lápiz, oleos, grafitto y hasta pomada para zapatos seca. Todo eso utiliza el dibujante Marcelo Benítez, que además se desempeña como repositor en una distribuidora, para volcar en el papel distintas expresiones artísticas.

En diálogo con Conclusión, el artista explicó de qué se trata ese mundo lleno de matices y colores, que apelan a la creatividad e introducen a quienes los ven en un mundo mágico y tan expresivo como comunicativo.

— ¿Cuándo nace en vos este amor por el arte y la pintura?

— Se puede decir que nació conmigo. Dibujo desde que tengo uso de razón. Era lo único que hacía desde chico y nunca lo dejé. A diferencia de la gran mayoría de los niños yo continué dibujando. Hasta los 9 años tuve un profesor, ya que mi madre vio en mí cierto entusiasmo y decidió que tomara clases de dibujo y pintura, me anotó en un taller que daba una chica en el barrio donde vivía y ahí comenzó todo.

— ¿Cuáles son las fuentes de inspiración que utilizas para desarrollar tus pinturas?

— Depende, si hablamos de humor gráfico tiene mucho que ver Fontanarrosa, Caloi, Quino y hasta el día de hoy recurro a ellos para ver como se hace esto y cuando se trata de pintura recurro a los clásicos, los estudio, Miguel Angelo, Marisa y Caraballo. A la hora de describir esas cosas que hago recurro a la ciudad, a las personas, hablo mucho con la gente, miro mucho la calle.

— ¿Cómo fue tu experiencia de trabajo en un gran medio de comunicación como lo es Clarín?

Fue una experiencia muy buena. Me abrió muchas puertas y conocí un montón de gente. Tuve la posibilidad de trabajar con Luis Rubio, un tipazo realmente. Yo era el dibujante oficial y Rubio junto con Gustavo Deigier, un comendiante, hacían el guión, pero después del primer año comencé a intervenir en el guión y trabajábamos los tres a la par.

— Ahora estás dibujando para el diario Conclusión, ¿que te parece esta intervención?

Muy buena, por lo que veo hasta ahora. La gente me deja mensajes agradables en mis redes sociales y en la calle me cruzo a personas que también me felicitan. Hay muchos amigos y vecinos que saben lo que hago y les gusta.