Lluvia de cenizas volcánicas preocupa en todo el sur

Aeropuertos y rutas desiertas, farmacias virtualmente vaciadas por los vecinos en cuestión de horas, niños en sus casas por la suspensión de clases y una jornada sin luz natural son algunas de las postales que se viven por estas horas en Neuquén y Río Negro, dos provincias que quedaron completamente paralizadas por una lluvia de cenizas del volcán chileno Calbuco.

Mientras las autoridades trasandinas adelantaron que podría producirse más erupciones explosivas en las próximas horas, los dos estallidos que tuvo el macizo hasta el momento causaron un verdadero caos en la zona cordillerana de ambas provincias patagónicas y especialmente en Bariloche.

La ciudad turística más poblada del sur argentino sufrió una lluvia de cenizas constante que obligó a la intendenta María Eugenia Martini a suspender las actividades públicas y privadas, como así también las clases en todos los niveles y el cierre de los caminos para evitar el tránsito de los vehículos desde y hacia la localidad.

Pese a que la situación parecía controlada, Bariloche vivió momentos de tensión por el incremento de precios por parte de algunos comerciantes que en el transcurso de la jornada llegaron a cobrar 55 pesos por un barbijo y 83 pesos por un bidón de agua envasada.

La información circuló rápidamente por las redes sociales y obligó al municipio a enviar a unos 20 inspectores de la Oficina de Defensa del Consumidor a las calles para evitar los abusos y la especulación, bajo advertencia de sanciones e incluso clausura de comercios encontrados en infracción.

Por intermedio de medios locales, la intendenta pidió a los vecinos que permanezcan en sus casas, que denuncien cualquier irregularidad que se presente en los comercios de la ciudad y confirmó que «los servicios de agua y electricidad seguirán funcionando con normalidad, como hasta ahora».

Las cenizas avanzaron durante todo el jueves en dirección al noreste y llegaron a la capital neuquina, antes de seguir su camino hasta las costas del océano Atlántico, con San Antonio Oeste, por ejemplo, también teñida de gris.

Con el correr de las horas las autoridades provinciales de Neuquén, bajo las órdenes del gobernador Jorge Sapag, decidieron tomar medidas conjuntas para garantizar los servicios básicos y la seguridad de la población.

Por ese motivo se prohibió la circulación de todo tipo de vehículos en las rutas de la provincia, se suspendieron todas las actividades públicas y las clases para este viernes, y se cancelaron por tiempo indeterminado los vuelos desde y hacia San Martín de los Andes y la capital neuquina.

Por el momento la única estación aérea habilitada en el norte de la Patagonia es el aeropuerto de Esquel, en Chubut, que evalúa minuto a minuto la posible llegada de cenizas y una eventual suspensión de vuelos.

Además se informó que los Pasos Fronterizos Cadernal Samoré y Mamuil Malal, cercanos al volcán Calbuco, se mantienen cerrados hasta nuevo aviso.

Defensa Civil de Neuquén comunicó que a partir de un análisis de laboratorio del material en suspensión se pudo comprobar que «la ceniza no es tóxica», aunque realizarán «un seguimiento constante del agua y del aire» para informar cualquier cambio sustancial en ese sentido.

En la capital neuquina también hubo escenas de desesperación para conseguir un barbijo, aunque no se denunciaron abusos por parte de los comerciantes.

Ayer los comercios se abastecieron de miles de barbijos, envases de alcohol en gel y de agua mineral a partir de la enorme demanda que se registró durante la mañana.

Por su parte el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomín) mantiene el nivel rojo de alerta por la erupción del macizo, cuya fumarola es visible desde gran parte de la región de Los Lagos.

La nube de cenizas también afectó en forma considerable a San Martín de los Andes y a Junín de los Andes, donde usuarios de internet publicaban por ejemplo este jueves en redes sociales: «Esta vez, nos llevamos la peor parte».