Las denominadas «sectas satánicas» sumaron el año pasado numerosos adeptos en la Argentina, reveló un estudio de una organización religiosa luterana que alertó que ya son 90.000 las personas vinculadas a este movimiento.

Dentro de esa problemática, lo que más temor y alarma genera es la existencia de grupos violentos que acompañan sus creencias con prácticas aberrantes, como abusos de menores, rituales sangrientos con animales y hasta con seres humanos.

Desde la Asociación de Iglesias Luteranas de Sudamérica, el obispo Manuel Acuña explicó que el trabajo estadístico se viene realizando desde hace varios años, pero con especial énfasis en 2016.

«Es que observamos una explosión de estos grupos, que multiplicaron sus técnicas de captación. Lo que necesitamos es que las autoridades gubernamentales y también religiosas comiencen a trabajar en conjunto para evitar este crecimiento. De 70.000 seguidores del satanismo, pasamos a 90.000. Es muchísimo, y cabe destacar que la mayoría son jóvenes. Esto significa que el satanismo le roba sus hijos al cristianismo», dijo Acuña.

El informe, al que tuvo acceso el Diario Popular, señala que «el satanismo como culto está creciendo a nivel mundial, de manera muy importante en los Estados Unidos, con sede en las ciudades de Oklahoma y Ohio, y desde allí baja hacia Latinoamérica, con grupos grandes ya establecidos en México, Brasil, Colombia y Argentina .

«Me gustaría detenerme en lo que está pasando en Uruguay, porque ya hay una iglesia satanista funcionando, completamente visibilizada. Es decir, cruzando el charco estas organizaciones ya lograron hacer base y ser parte del esquema social. Acá aún se mueven como sectas, con cuidados y ocultos para el gran público. Creemos que en este año puede haber un intento de legalizarse», señaló Acuña.

A mediados de 2016, un informe realizado por la misma organización religiosa luterana alertó que las sectas satánicas estaban apuntando a reclutar chicos.