Por Alejandro Maidana

Cosechas sanas, alimentos saludables y a precios populares: así edifica la tan mencionada pero esquiva soberanía alimentaria la UTT en nuestra provincia. Una organización determinada por la solidaridad, un valor fundamental e inquebrantable que se eleva como pilar imprescindible en un sendero que requiere de memoria, valentía y de la resignificación de la tierra.

En tiempos en donde nos invaden los conversatorios, posiciones políticas contradictorias y el cumplimento de una deuda externa ilegítima y aplastante, el histórico déficit interno sigue imponiéndose por goleada en un potrero de tierra arrasada. Muy atrás parece haber quedado esa idea de discutir a fondo los privilegios que ostenta el latifundio, mientras que más de 18 millones de argentinos siguen persiguiendo el sueño de al menos poder abrazar una porción de tierra.

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Un modelo agroexportador que todo se lo lleva puesto, incluida la única herramienta emancipadora que puede asegurar el triunfo de lo colectivo y bajar ostensiblemente el perturbante nivel de desigualdad, la tan ansiada soberanía alimentaria. El poder real y su injerencia en la toma de decisiones, el eterno dilema de sostener un país para pocos, o avanzar hasta donde sea necesario para que la felicidad sea patrimonio de todos, y no solo de una selecta minoría.

Mientras tanto, aquellas y aquellos que con sus manos en la tierra siguen empujando un nuevo paradigma en la manera de producir, no cesan en su laborioso y digno camino que le ha mostrado desde siempre la semilla. Por ello, la UTT ha inaugurado y dado sus primeros pasos de lo que pronto será un Almacén de Ramos Generales.

Días atrás se le dio vida a la parte de verdulería de la agricultura campesina y familiar. Este el primer polo asociativo de desarrollo local de alimentos, que busca garantizar alimentos sanos y a precio justo para las y los vecinos de la zona. Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra comunicaron que «con gran alegría estamos abriendo esta verdulería en la zona céntrica de la ciudad. Desde abajo y con todo el esfuerzo, mostrando por dónde va el camino. Costó meses de trabajo y de sortear dificultades para lograr tener un lugar para los productores”.

Es de suma importancia que la UTT Santa Fe haya podido abrir una verdulería, ya que es vital para el productor poder vender los alimentos que produce directamente al consumidor y sin intermediarios.

Un espacio propio para los campesinos locales era un sueño y una necesidad que se venía proyectando desde hace varios años. “Contra viento y marea, nos propusimos conseguirlo a pesar de todo, cuando todos los negocios están complicados por la pandemia, nosotros y nosotras mostramos que desde abajo, con esfuerzo, cabeza, trabajo y dedicación, éste es el camino para avanzar hacia la Soberanía Alimentaria», cuenta Federico Di Pasquale, referente de la UTT de Santa Fe.

Karla Sosa es integrante de la organización, participa del área de prensa y comercialización, siendo a su vez delegada de una de las bases de la organización y pequeña productora. En diálogo con Conclusión indicó: “Es de suma importancia que la UTT Santa Fe haya podido abrir una verdulería, ya que es vital para el productor poder vender los alimentos que produce directamente al consumidor y sin intermediarios. Hacemos llegar nuestros productos de primera calidad a todos aquellos que van a poder disfrutar de alimentos saludables y sin agroquímicos. Esto para nosotros representa una enorme tranquilidad, ya que en muchas oportunidades debemos lidiar con quienes adquieren nuestra producción, retrasando los pagos y en muchas oportunidades ni siquiera pudiéndolo cobrar”.

Buscamos afianzar la relación entre el productor y el consumidor a través de la cercanía y alimentos saludables a precios populares.

Un pasito más que busca transformarlo todo, una manera concreta de visibilizar distintas colectoras que conducen a un solo lugar. “Buscamos afianzar la relación entre el productor y el consumidor a través de la cercanía y alimentos saludables a precios populares. Este es solo el puntapié inicial para un proyecto mayor, que no es otro que el Almacén de Ramos Generales similar al que se encuentra en Buenos Aires. Esto nos permitiría incluir otros productos agroecológicos como harinas, miel, entre tantos otros, resaltando una vez más que los mismos tendrán un precio muy conveniente debido que no existirán intermediarios”.

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Las puertas de la verdulería popular de la UTT se abrieron, la inauguración no fue nada altisonante, esperando poder hacerlo como realmente amerita tamaño logro. Así fue como bajo un estricto protocolo sanitario, fueron muchos los vecinos de la zona que se acercaron a conocer el lugar y a comprar frutas y verduras.

Un espacio de Consumo Solidario que realizará balances alejados de lo comercial, pero si con gran anclaje en lo social, entendiendo que la salida es colectiva. Señoras y señores, el campo que alimenta sigue su marcha, el otro campo, el invisibilizado, sigue rebrotando y no claudicando ante un poder que todo lo puede.