Foto: Arriba, la laguna El Cristal en enero de 2020. Abajo, la misma laguna en enero de 2023.

 

El fenómeno de “La Niña” –que golpea a la región por tercer año consecutivo– está provocando una sequía pocas veces vista en Argentina. En la provincia de Santa Fe, las consecuencias son preocupantes: el río Paraná se encuentra en mínimos históricos, mientras que muchas lagunas y arroyos se secaron ante la falta de lluvias, provocando la desaparición de especies y la muerte de animales.

El 2022 fue el octavo año más seco de la historia, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). En la región pampeana y litoraleña, las precipitaciones se ubicaron entre 500 y 600 milímetros por debajo del promedio. En tanto, entre enero y marzo de 2023 hay un 50% de posibilidades de que “La Niña” siga vigente.

Según las mediciones hechas este martes por el Instituto Nacional del Agua (INA), en la ciudad de Reconquista (en el norte santafesino) la altura del río llegaba a los 0,92 metros, mientras que el nivel medio en esta zona debería ser de 3,53 metros. En la capital provincial (en el medio de “la bota”), el Paraná registró una altura de 0,75 metros, mientras que en un contexto normal debería tener unos 3,25 metros. Por último, en Rosario (en el sur provincial) el río mostró un nivel de 0,56 metros, muy alejado de la altura de 3,02 metros que debería tener normalmente.

Fuente: Instituto Nacional del Agua (INA).

Asimismo, el INA estimó que el próximo martes 17 de enero el río –a la altura de Reconquista– mostrará niveles que rondarán los 0,90 metros; mientras que en la ciudad de Santa Fe el Paraná tendrá una altura cercana a los 0,46 metros; y en Rosario a los 0,40 metros.

Para el martes 24 de enero, en tanto, las alturas se incrementarán al metro, 0,70 metros y 0,46 metros, respectivamente. “Si bien las condiciones son en general mejores que las observadas en 2020 y 2021, la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes iniciado en marzo de 2020”, aclararon desde el INA.

Lagunas y arroyos secos: postales desoladoras

El pasado 4 de enero se conoció que se secó el Arroyo del Medio, un curso de agua de escaso caudal pero que juega un rol importante en la división de las fronteras internas, ya que indica el límite entre las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.

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Pero la falta de agua no solo se siente en el sur provincial: en el norte se secaron las lagunas El Cristal (ubicada en cercanías de la localidad de Calchaquí) y El Palmar (cerca de La Gallareta).

Con casi 1.500 hectáreas de extensión, la laguna El Cristal, ubicada en el departamento Vera, fue declarada como reserva de vida silvestre en 1992 y está rodeada de bosques autóctonos.

Sin embargo, la falta de lluvias en la región provocó que en las cientos de hectáreas donde supo estar la laguna, de gran atractivo turístico para la región, actualmente solo se puedan divisar unos hilos de agua. Así, un escenario desolador se apropió de una tierra que supo estar inundada por aguas cristalinas.

Alejandra Paulón, quien reside en la zona de la laguna, contó a medios locales que desde hace un mes la situación se agrava “día a día”. Además, detalló que cuando llueve el agua ingresa a la laguna desde el norte, y esos son los hilos de agua que pueden observarse actualmente en el territorio.

Unos kilómetros más al norte, el panorama se repite en donde supo estar la laguna El Palmar: una cuenca de agua rodeada de palmeras caranday y alimentada por arroyos de los Bajos Submeridionales.

Pérdida de especies y mortandad de animales: otra cara de la sequía

El ambientalista e integrante de la organización “El Paraná no se toca”, Jorge Bártoli, advirtió que a causa de los bajos niveles que muestra el río “los sábalos no podrán completar su ciclo reproductivo y todos desaparecerán”.

“El último repunte del Paraná en Rosario fue a fines de noviembre y principios de diciembre, cuando superó los tres metros de altura. Eso resultó útil para que ingresaran a lagunas interiores del delta especies de sábalos que desovaron y volvieron a generar el ciclo reproductivo. Pero ahora, por la sequía y la bajante, esas lagunas se secaron, los sábalos no podrán completar su ciclo reproductivo”, alertó el ambientalista.

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El ministro de Producción de la provincia de Santa Fe, Daniel Costamagna, dialogó con radio LT10 y advirtió que por lo menos 3.000 cabezas de ganado se perdieron por la falta de agua. Además, adelantó que “se abrieron compuertas en Tostado para que el río (Salado) vaya recuperando un poco de caudal y de esta manera muchos productores tengan agua”.

Laguna El Palmar, en agosto de 2016.

No obstante, se refirió a aquellas zonas por las que no pasa el río Salado y señaló: “En los departamentos 9 de Julio, Vera y parte de General Obligado el agua no sirve. Lo que queda es llevarles agua, se han hecho inversiones en camiones cisternas o buscando pozos de agua buena”.

Costamagna manifestó que en las zonas de la provincia más afectadas por la sequía hay 3 millones de cabezas de ganado, aunque refirió un panorama dispar entre ganaderos: “A algunos productores seguramente se le murieron todas las vacas y a otros hasta un 70%”.

Productores piden “condonación de deudas”

La Asociación Argentina de Productores Agropecuarios (AAPA) reclamó tanto al oficialismo como a la oposición que se apliquen “medidas urgentes” para enfrentar la sequía, entre las cuales propuso la condonación de deudas impositivas.

La entidad sostuvo que tanto el Gobierno nacional, las administraciones provinciales y los legisladores “de todos los partidos” deben “actuar con urgencia frente a los efectos devastadores de la sequía”.

Según AAPA, la persistente falta de lluvias en las zonas productivas del país “está perjudicando como nunca” a la actividad agropecuaria.

Por ese motivo, pidió: “Especialmente a aquellos políticos que dicen defender el campo y seguramente este año nos van a pedir el voto, que hagan algo y ayuden al sector con medidas de urgencia, como condonar deudas impositivas”.

“Si no se hace algo urgente, la sequía nos dejará sin carne y leche, ya que el ganado no tendrá qué comer. Y a eso hay que sumarle la falta de granos para criar pollos y cerdos”, alertó la entidad, en un comunicado.